Ha sido una noche de reencuentros para el FC Barcelona. Se 'libraron' de enfrentar a Julián Araújo, quien no pudo jugar por la cláusula del miedo que incluye su cesión por esta temporada a la UD Las Palmas, pero sí han visitado a viejos conocidos, comenzando por un García Pimienta que ha estado en el banquillo y está firmando una muy buena campaña en su primera experiencia en la élite, además de Sandro y Munir, que fabricaron el gol con el que se abrió el marcador... y un Mika Mármol que no ha pasado desapercibido.
El jugador de 22 años fue una de las notas más positivas de Las Palmas en el choque contra los azulgrana. Estuvo atento en las correcciones y se mostró como un central completamente capacitado para 'frenar' los intentos de los visitantes. De hecho, fue la pieza clave para que el empate no llegase en la primera parte del enfrentamiento, tras despejar 'in extremis' el balón que le había puesto Sergi Roberto para el remate de Ferran Torres, quien aparecía solo en el área.
Terminó con estadísticas positivas y que hablan de que es un futbolista con una gran proyección. Tuvo el 86% de acierto en pase (44 de 51) y ganó tres de los cuatro duelos terrenales que enfrentó, mientras que acertó en un duelo aéreo y falló otro. No cometió ninguna falta en los noventa minutos de partido, firmó dos 'tackles', bloqueó un remate (el de la acción de Sergi y Ferran) y despejó en siete oportunidades. Su único 'gran' error fue la mala cesión atrás, en los últimos instantes del enfrentamiento, que casi aprovecha Vitor Roque para estrenarse como goleador blaugrana cuando ya estaba el 1-2 en el marcador.
Al Barça le 'pertenece' el 50% de Mika Mármol
Merece la pena recordar que el central jugó en las categorías inferiores del Barça, entre 2019 y 2022, antes de marcharse al Andorra cuando ascendían a la Segunda División. Los azulgrana se quedaron con el 50% de una futura venta y, tras una campaña en la que vistió la camiseta del equipo en 38 oportunidades, recaló en Las Palmas, que se hizo con la mitad de sus derechos federativos (los que le correspondían al Andorra), por lo que a los catalanes le continúa perteneciendo la mitad de su ficha.