La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tiene nuevo presidente. El lunes, el órgano rector del fútbol español eligió a Rafael Louzán como nuevo mandatario para los próximos cuatro años con una notable diferencia sobre su principal adversario, Salvador Gomar. El candidato gallego obtuvo 90 votos, por 43 de su rival valenciano, en una elección en la que solo hubo cuatro votos en blanco y uno nulo.
Después del interinato de Pedro Rocha, quien acabó inhabilitado tras la polémica salida de Luis Rubiales, Louzán se convierte en el vigésimo sexto presidente de la RFEF e intentará calmar las aguas dentro de la institución. Si bien las elecciones se realizaron en un ambiente cordial, la jornada comenzó con el retiro de Sergio Merchán, candidato extremeño que partía como el tercer aspirante al cargo. Al conocerse los resultados, Gomar felicitó a su rival con un abrazo que no pasó desapercibido para los medios.
Rafael Louzán, en líos con la justicia antes de llegar a la RFEF
Sin embargo, el futuro del nuevo mandatario no es, ni mucho menos, tranquilizador para el futuro del fútbol español. El representante de la territorial gallega tiene pendiente un juicio por prevaricación recurrida de siete años en donde, en caso de ser hallado culpable, será inhabilitado por la justicia para ejercer su cargo en la RFEF y cualquier otra institución del país. En febrero, Louzán conocerá el fallo del caso, con la confianza que le supone contar con el apoyo del Gobierno.
Si logra salir impoluto de su cita con la justicia, el nuevo mandatario de la Federación tendrá como principal objetivo la organización del Mundial 2030, junto a Portugal y Marruecos, un evento con el que España aspira lavar la cara de un ente duramente criticado por las polémicas gestiones de sus predecesores y la injerencia política en los últimos años.