Desde la marcha de Zinedine Zidane el pasado verano, que en el banquillo del Real Madrid se respira cierto clima de inestabilidad. El técnico francés se marchó por la puerta grande, después de conquistar tres Champions League consecutivas, pero dejó tirado a Florentino Pérez, que decidió apostar por Julen Lopetegui como nuevo director de orquesta.
La apuesta no le pudo salir peor al máximo mandatario blanco, que vio como los resultados no fueron los esperados. Primero, se perdió la Supercopa de Europa contra el Atlético de Madrid. Luego, los resultados no mejoraron en LaLiga Santander hasta que el 5-1 encajado en el Camp Nou contra el FC Barcelona precipitó la marcha del técnico vasco.
La alternativa acabó siendo Santiago Solari, que por entonces dirigía el Castilla. Tras unos primeros encuentros en los que se mejoraron los resultados, el efecto del argentino se esfumó y el equipo blanco está, en estos momentos, todavía más lejos del FC Barcelona en la clasificación de LaLiga. Una depresión deportiva por la que ya se empieza a mirar al banquillo.
En las últimas semanas, José Mourinho es el técnico al que apuntan todos los rumores como posible relevo de Solari en este 2019, ya sea en verano o en las próximas semanas. El portugués es un entrenador de carácter y desde la cúpula blanca no verían con malos ojos que volviese al Santiago Bernabéu, donde pasó tres temporadas.
Además, hay otra variable importante en la incorporación del portugués, y es que esta misma semana, Aitor Karanka, el que fue su ayudante en su etapa como madridista, ha quedado libre. El vasco, por decisión propia, rescindió el contrato que le unía al Nottingham Forest, equipo de la Championship inglesa. Ahora mismo, ambos están sin equipo.
Karanka, libre: ¿casualidad o intención oculta?
Durante su etapa en Chamartín, Aitor Karanka y José Mourinho estuvieron muy unidos. Probablemente, sea mera coincidencia que el técnico vasco haya dejado su equipo apenas unas semanas después de que el portugués fuese despedido. Tal vez, también sea casualidad que todo ello haya pasado en un momento de incertidumbre en el banquillo del Santiago Bernabéu. O, quizás, no.