El Real Madrid tiene planeado salir al mercado en este verano para reforzar su equipo y tiene en la mira a varios jugadores que se han destacado en los últimos años y que los madridistas, de hecho, han estado persiguiendo en las últimas ventanas de transferencias. Es el caso de Kylian Mbappé o Eduardo Camavinga, jugadores que a Florentino Pérez y compañía gustan mucho.
Para sorpresa de muchos, 'Donattello' no sería el principal objetivo de la Casa Blanca sino el centrocampista del Rennes, según ha informado el diario 'Marca'. Y es que después de lo que pasó ante el Chelsea, los dirigentes madridistas están animándose a forzar definitivamente una operación con el Rennes, Jonathan Bernett, su agente, y el mismo Camavinga.
En las oficinas del Santiago Bernabéu, explica el medio madrileño, falta "inyectar ese músculo y esa proyección ofensiva que ahora mismo pocos jugadores tienen en la actual plantilla salvo Valverde" y eso únicamente lo conseguirían con el fichaje de Camavinga que, probablemente, también esté interesado en un cambio de aires.
Ya su representante, Barnett, había anunciado que son muchos los equipos que se han mostrado interesados en el jugador, por lo que no será una tarea sencilla para la Casa Blanca conseguir su ficha. "Es probablemente el mejor jugador joven del mundo y acaba de cumplir 18 años. Es más joven que muchos otros, ya ha sido internacional con Francia, ha metido con la selección sin ser un goleador. Es un talento increíble que podría jugar en cualquier equipo del mundo. Creo que se podría dar un traspaso a un club de la Champions League", dijo en su momento.
¿Por qué al Real Madrid le gusta Camavinga?
Así como lo ha explicado Barnett, el centrocampista francés es uno de los jugadores con mayor proyección y una de las 'estrellas' del futuro. De su figura se destaca, sobre todo, su capacidad asociativa y defensiva. A su vez, combina conceptos físicos y técnicos que le han llevado a convertirse en uno de los mejores centrocampistas de la Ligue 1.
Otra de sus características es su buena salida de balón, jugado de forma corta y elaborada, con un control orientado que ha dejado sorprendido a sus entrenadores, tanto en el Rennes como en la selección francesa. Por último, como si fuese poco, es un jugador que pierde muy pocos balones y consigue huir de sus rivales con mucha facilidad.