El FC Barcelona sabe que tiene mucho trabajo este 2020 en la 'operación salida'. El equipo azulgrana contará con 35 jugadores la próxima campaña -incluyendo regresos de cesión, canteranos ascendidos o fichajes ya cerrados- sin contar que pueden llegar fichajes y necesitará vender. Además, según las informaciones de 'As', la entidad catalana se ha propuesto reducir su masa salarial en 200 millones de euros.
La salida de los jugadores con contratos más altos va a ser clave para cumplir los objetivos económicos, así como para consolidar una plantilla de entre 20 y 22 jugadores, que es la intención inicial. Además, otro de los objetivos que hay en relación a aligerar la plantilla actual es la de poder llevar a cabo fichajes importantes como, por ejemplo, el de Lautaro Martínez.
El gran problema del FC Barcelona ha sido el descenso de ingresos que se ha producido desde que la propagación del coronavirus obligó al mundo del deporte a parar. Pero, en un nuevo escenario en el que los intercambios de futbolistas deberían ser la fórmula alternativa para poder llegar a acuerdos con los otros clubes, el Barça se ha encontrado con un nuevo obstáculo: que sus jugadores no quieren irse.
Ante la falta de dinero por culpa de la pandemia, el Barça empezó a barajar que algunos jugadores importantes dejasen de tener el cartel de intransferibles y pudiesen ser susceptibles de entrar en alguna operación de intercambio. Algunos de estos casos fueron los de Ivan Rakitic, Arthur Melo o Samuel Umtiti, ya que todos ellos eran considerados importantes pero no imprescindibles.
No obstante, ninguno de ellos está dispuesto ni siquiera a plantearse un cambio de aires. Rakitic desea apurar el año de contrato que le queda, Arthur emitió un comunicado asegurando que no se movería del Barça y Umtiti también ha sido claro en este aspecto. Todos ellos eran posibles 'monedas de cambio', pero su postura parece clara y no parece que vayan a moverse.
Arturo Vidal se añade a la lista
Arturo Vidal parecía aceptar de buen grado marcharse y, además, se llegó a decir que el Inter de Milán lo tenía prácticamente hecho con él, pero sus últimas declaraciones en un directo de Instagram parecieron dejar claro que quiere quedarse. Por tanto, el chileno se une a la lista de transferibles que se niegan a irse, lo que supondrá un problema tanto para fichar como para llevar a cabo la más que necesaria reducción de masa salarial.