La última vez que Carles Aleñá empezó de inicio en un partido de Liga fue en agosto en el debut liguero de los culés en Bilbao. Ernesto Valverde sorprendió confiando en el de Mataró, que no estuvo fino en el primer tiempo, igual que el resto de sus compañeros, pero pagó el pato por novato. Fue sustituido en el descanso y, desde entonces, dejó de contar para el entrenador barcelonista.
Se ha pasado a medio camino entre la grada y el banquillo los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre. No ha sido hasta diciembre cuando el de Viandar de la Vera ha vuelto a confiar en él y le ha dado minutos. Jugó casi 20 contra el Mallorca, después volvió a la titularidad ante el Inter en Champions y hace una semana tuvo más de un cuarto de hora contra la Real Sociedad en Anoeta.
Tras no jugar ni un solo minuto en el Clásico, Valverde decidió premiar sus buenos minutos de estas últimas semanas devolviéndole la titularidad en Liga contra el Alavés. El del Maresme disputó todo el encuentro ante los vitorianos y dejó muy buenas sensaciones. Su primera parte fue sobresaliente y dejó detalles del gran jugador que apunta a ser. En el segundo tiempo bajó algo sus prestaciones, pero aún así se mantuvo a buen nivel.
Los culés formaron con él, Sergio Busquets y Arturo Vidal en el mediocampo. El de Badia, como siempre, se colocó de pivote defensivo, mientras que Vidal se quedó de interior derecho y Aleñá de interior zurdo. El joven canterano le aportó dinamismo al centro del campo, buscó jugar a un toque siempre que pudo, arriesgó con pases al hueco en alguna ocasión y, en resumen, tuvo una actuación muy completa.
Hay dudas sobre su marcha en enero
Este gran partido llega en un momento en el que se está hablando más que nunca de su futuro a corto plazo. El de Mataró podría salir cedido en el mercado de fichajes de invierno para jugar en el Getafe o el Betis. Hace solo unas semanas se daba por hecho su marcha, pero tras sus últimas actuaciones todo podría haber cambiado. Ahora hay dudas sobre lo que hacer con él y parece que la última palabra la tendrá el propio futbolista.
El canterano, a pesar de haberse pasado tantos meses sin jugar, no está acusando la falta de ritmo y está demostrado que en todo este tiempo ha cuidado mucho el tono físico. Contra el Alavés se le vio todavía más ágil que en anteriores choques y poco a poco va recuperando su chispa. Su único error ante los vascos fue no seguir a Pere Pons en el 2-1 que marcó el ex del Girona entrando desde atrás. Por ese error pidió perdón y, desde ese momento, no dejó de trabajar y de intentar remedir su fallo.