El FC Barcelona tuvo que sufrir para ganar al Inter de Milán en Champions, pero logró una decisiva remontada en el Camp Nou. Los catalanes coquetearon con el fantasma de la eliminación encajando un gol muy pronto y rondando una derrota que les hubiera dejado en problemas en el Grupo F, pero reaccionaron a tiempo y acabaron sentenciando a los italianos con un doblete de Luis Suárez.

A nivel colectivo, los azulgrana tienen mucho por mejorar, pero los chispazos individuales están salvando partidos. En la horrorosa primera mitad, llena de imprecisiones en defensa y en ataque, Nélson Semedo y Marc-André ter Stegen fueron vitales para evitar la goleada en contra, y tras el paso por vestuarios, la entrada de Arturo Vidal cambió la cara al equipo y Leo Messi y el uruguayo lo notaron.

El análisis es optimista porque el duelo acabó con triunfo, pero siguen llegando las advertencias y cada vez hay menos margen de error. Urge reconectar pronto al equipo y lograr que toda esa electricidad lo ponga en marcha, por si siguen primando los despistes, tarde o temprano se acabará pagando, y la lucha por los títulos no admite titubeos. Esta es una valoración del rendimiento de los 13 futbolistas que estuvieron sobre el césped en la Jornada 2 de la fase de grupos:

El análisis 1x1 del Barça contra el Inter

  • Ernesto Valverde: Rescatado. Su planteamiento hizo aguas desde el principio ante la atrevida propuesta de Antonio Conte, pero el extremeño reaccionó a tiempo antes de un tropiezo que le hubiera dejado más señalado que nunca. La presión no funcionó a los culés y el desorden regaló muchas ocasiones al contrario, que se desactivaron con el despliegue de Arturo Vidal. El chileno sustituyó a Sergio Busquets y mejoró él solito el ataque y la defensa, dando la razón a un técnico que tuvo que actuar con urgencia en la charla del descanso.
  • Marc-André ter Stegen: Salvador. Hay quien dice que el alemán pudo hacer más en el disparo de Lautaro Martínez en el 0-1, pero su respuesta a un testarazo académico del argentino algo más tarde fue, una jornada más, para enmarcar. Le llovieron las ocasiones en contra y poco pudo hacer para ayudar, aunque es preciso mencionar su seguridad en las salidas por alto.
  • Sergi Roberto: Desajustado. El de Reus apenas pudo tirar algunas carreras para penetrar la sólida defensa de cinco de los lombardos, y pecó de exceso de alegría en algunas ocasiones. Se echó en falta que alguien ayudara a los desbordados Gerard Piqué y Clément Lenglet, una labor que correspondía tanto a los laterales como a los centrocampistas, que ganaron equilibrio en el segundo tiempo.
  • Gerard Piqué: Exigido. Se veía venir que sin Romelu Lukaku a su disposición, Conte iba a jugar con delanteros bajitos y rápidos, un perfil que precisamente hace mucho daño a los espigados centrales barcelonistas. Piqué falló antes de la diana de Lautaro Martínez, y tanto él como Alexis le sacaron de quicio en la primera mitad. En la reanudación hubo más apoyos para achicar agua, y los defensas pudieron respirar más tranquilos.
  • Clément Lenglet: Exigido (2). El francés es el socio perfecto del barcelonés, lo que hace que a menudo coincidan en valoración. Lautaro le ganó en el cuerpo a cuerpo del 0-1, pero estuvo atento en la corrección para frenar varias oportunidades interistas. El bombardeo sólo se arregló cuando hubo más compañeros colaborando, lo que evitó más contratiempos en el eje de la zaga.
  • Nélson Semedo: Sacrificado. Es muy cierto que para el portugués es una tortura jugar en la banda izquierda, pero hay que reconocer que este miércoles cuajó un partidazo. Pese a que sus incorporaciones al ataque pierden efectividad cuando está a pierna cambiada, su velocidad fue clave para frenar las contras de Lautaro y Alexis, e incluso cuando el Inter perdió fuelle se atrevió con algunos centros peligrosos de zurda.
  • Frenkie de Jong: Desordenado. Es difícil criticar al excelente centrocampista neerlandés, pero lo cierto es que se contagió del malestar general en un choque con dos caras. Antes del descanso estuvo fuera de sitio, precipitado e impreciso, pero como el resto, creció con la entrada de Arturo Vidal. El chileno le permitió realizar su juego habitual, ayudando a Arthur en la creación y rompiendo con pases y salidas en velocidad y aportando en el balance defensivo.
  • Sergio Busquets: Agobiado. El de Badia sigue manejando las tácticas como una estrella mundial, pero el físico no perdona y el músculo de la mayoría de adversarios le destroza. Resulta significativo que la mejor versión del Barça llegara cuando fue sustituido, por un Arturo Vidal que aún cuenta con un despliegue que él ya no posee. Hay que encontrarle un sitio y dosificarle todavía más, porque insistir con su presencia puede pasar factura.
  • Arthur: Creciente. El brasileño también agradeció que el 'rey Arturo' saltara al terreno de juego, porque tenía más opciones de pase y podía dirigir la orquesta con más tranquilidad. En sus botas estuvo la ocasión más peligrosa del primer tiempo, y retiró el pie en el último instante para no cometer un posible penalti. Junto a De Jong, debe ser la base para el centro del campo.
  • Leo Messi: Cogiendo ritmo. El argentino necesita ponerse a punto después de mucho tiempo parado, pero en este compromiso ofreció mejores sensaciones que en los anteriores. En la primera parte no encontró soluciones a la ordenada muralla del Inter y sólo pudo intentar un par de disparos lejanos y mansos, pero cuando Vidal le permitió correr atrajo rivales y regaló asistencias que fueron determinantes en la remontada.
  • Luis Suárez: Certero. El uruguayo se pasó gran parte del enfrentamiento encerrado entre tres centrales y tratando de devolver pases de espaldas a puerta, pero la clave fue cuando por fin pudo ponerse de cara al arco. El de Salto siempre está cuando se le necesita y suyos fueron los tantos de la remontada en dos jugadas de muchos quilates. Primero con una volea magistral y después con un control orientado que sentó a Diego Godín y le permitió batir a Samir Handanovic.
  • Antoine Griezmann: Perdido. Los análisis del futbolista de Macon son siempre los mismos, pero es que colocarle en banda izquierda es anularle de principio a fin. El ex del Atlético de Madrid lo intenta, se mueve y es uno de los que más corre en la recuperación, pero está claro que el Barça no le fichó para eso. Si no se encuentra solución a sus males, sin desborde y sin ángulo de disparo sirve más bien de poco.
  • Arturo Vidal: Revolucionario. Pocas veces un solo cambio ha servido para tanto, pero es que el recorrido del chileno fue la salvación del Barça. Valverde le introdujo por el desfondado Busquets y el de Santiago ajustó defensa y ataque en apenas unos minutos. Arthur y De Jong dieron un paso atrás y quedaron libres para crear, robar y dirigir, y Messi y Suárez avanzaron con un compañero que daba pases, salidas y encima les guardaba las espaldas. Suya fue la asistencia al charrúa en el 1-1.
  • Ousmane Dembélé: Atrevido. El galo tuvo unos minutos tras su lesión, y demostró que en plena forma sería un activo muy útil para los culés. Lo intentó con un par de derechazos lejanos, el primero con más peligro que el segundo, que se fue demasiado desviado. Con campo para correr es un arma a tener en cuenta.