"La verdad es que estaba muy nervioso, pero solo tengo palabras de agradecimiento a todos, al club, al míster y a la afición, que me han recibido muy bien", dijo el tímido Ansu Fati, después de convertirse en el segundo jugador más joven de la historia del FC Barcelona en debutar con el primer equipo. Lo hizo con apenas 16 años contra el Real Betis.
En el minuto 78 de partido, Ernesto Valverde decidió mover pieza con el partido ya decidido y retiró a Carles Pérez ante la merecida ovación del Camp Nou -el canterano marcó un golazo y fue uno de los jugadores más destacados del conjunto azulgrana- para dar entrada a un Ansu Fati que sorprendió. Sorprendió porque, pese a que estaba debutando con el primer equipo, parecía que llevaba tiempo en él.
Al joven futbolista nacido en Guinea-Bissau no le quemó el balón en absoluto cuando lo tuvo y curiosamente, lejos de estar acelerado, sus elecciones fueron buenas. Ansu Fati se atrevió a encarar a sus marcadores y rozó el gol con un tiro cruzado, pero también supo contenerse y optar por el pase en acciones en las que no veía claro el regate.
Al terminar el encuentro, Ansu Fati no se podía creer lo que acababa de suceder y se quedó unos instantes en el terreno de juego mirando hacia las gradas. "Miraba a mis padres, a mi familia, que son los que me han acompañado hasta llegar aquí. Me he quedado allí en el campo porque no me lo creía y ahora toca disfrutar el momento e insistir que solo tengo palabras de agradecimiento", comentó.
En apenas 12 minutos, Ansu Fati dejó claras sus virtudes como delantero: velocidad endiablada, atrevimiento para probar regates, capacidad de irse tanto hacia dentro como hacia fuera y la portería entre ceja y ceja. Uno de esos futbolistas que cuestan mucho de encontrar en el mercado y que en el Barça deben encargarse de cuidar.
Ansu Fati, en manos de Víctor Valdés
Pese al sueño de poder debutar con el primer equipo, Ansu Fati debe tocar de pies en el suelo y ser consciente de que, a día de hoy, sigue siendo futbolista del Juvenil A. Nadie mejor que el técnico de dicho equipo, Víctor Valdés, para cuidarle y enseñarle el camino en La Masia. El ex cancerbero culé tendrá la responsabilidad de cuidar a esta nueva perla para que siga trabajando para mejorar.