Antoine Griezmann aterrizó en la Ciudad Condal en el año 2019 como una de esas incorporaciones que generan ilusión a borbotones. El galo llegó con el rótulo de campeón del mundo y con cartel de ser uno de los mejores jugadores del mundo, pero lamentablemente, después de 102 partidos en los que cosechó 35 goles y 17 asistencias, nunca logró mostrar esa imagen de jugador estrella que a día de hoy ha recuperado en su segunda etapa en el Atlético de Madrid.

Son variados los motivos que quizás podrían explicar el hecho de que el ex de la Real Sociedad no se hubiera asentado y triunfado del todo en el elenco catalán, independientemente de que coronó números decentes y varias actuaciones estelares. La razón más evidente pasa por su rol en el esquema blaugrana y la posición en la que se desempeña, algo que si se evalúa tanto en el Barça como en su actual equipo, denotará que varía notoriamente.

Griezmann nunca pudo jugar en su posición ideal en el Barça

En el FC Barcelona, Antoine Griezmann tuvo muy pocas oportunidades de asentarse en el rol y la posición que parece dársele mejor. En 102 encuentros con la elástica azulgrana, jugó 40 como extremo izquierdo, 40 como delantero centro, 10 como extremo derecho, nueve como mediapunta y tres como mediocentro ofensivo, siendo condicionado, por supuesto, por recaer en un conjunto habituado a jugar con un 4-3-3 clásico y en el que Luis Suárez fungía como única punta de lanza.

Además, los pocos encuentros que tuvo como delantero centro en la disciplina culé también se dieron en un contexto poco favorecedor para él, pues en algunas oportunidades tuvo que compartir frente de ataque con un Leo Messi en un 4-4-2 que le obligaba a ser más un nueve referencial que un segunda punta con libertad de movimiento, rol que ejercía en ese momento el astro argentino. Pocas de esas variaciones tácticas le permitieron desenvolverse a gusto tal y como lo hace en el Atlético actualmente.

El 'Cholo' le dio a Griezmann el protagonismo que necesitaba

En la dinámica colchonera, su situación sí que ha cambiado. El 'Cholo' Simeone le ha empoderado montando un esquema 5-3-2, en el que Álvaro Morata funge como nueve de área con una posición fija y el francés sí que puede desprenderse y, a la par de aparecer como referencia ofensiva, hace las veces de 'playmaker' con total libertad de juego en todas las demarcaciones del campo, un cambio que ha desatado al Antoine Griezmann indomable del último tiempo y que hace rememorar a aquel jugador estelar que supo colarse en la terna del Balón de Oro en más de una oportunidad.

No es casualidad que tanto en Francia como ahora en el Atlético de Madrid, donde se le da el rol de figura y se le da libertad de juego, el ex del Barça haya encontrado su mejor nivel futbolístico, concatenando 11 goles en 15 partidos en esta temporada 2023/2024, dando claras señales de que su explosión en el FC Barcelona jamás se suscitó por una cuestión asociada a que Leo Messi era la figura principal y probablemente el único que tenía las licencias necesarias para darse esas libertades de jugar por cualquier zona del terreno de juego.