Tras un verano de máxima intensidad, Ernesto Valverde ya lleva algunas semanas trabajando con una plantilla que por fin está cerrada. No llegaron todos los deseados, no se fueron todos los señalados y podría haber cambios en invierno, pero el técnico ya está dando muestras de que puede tirar con lo que hay aunque no se quedará con todos.
Y es que en su trayectoria en el banquillo, el Txingurri está demostrando que hay quien todavía puede albergar alguna esperanza pero también quien tendrá que pensar en un cambio de aires, algo que no se deduce sólo de los minutos sino también de las convocatorias que realiza el ex del Athletic.
Mientras que algunos secundarios como Lucas Digne han tenido sus espacios, otros como Thomas Vermaelen no se han estrenado, a pesar de que sí han ocupado el banquillo en alguna ocasión. Uno de los casos más claros es el de André Gomes, que ha pasado de ser descartado a sumar algunos minutos sueltos en el final de los partidos, incluso en el debut en la Champions.
El portugués se resiste a abandonar el Camp Nou, y con los gestos de su entrenador todavía se ve capaz de convencerle, un caso opuesto al que vive Arda Turan. Su actitud, su lesión y su situación en la plantilla no parecen tener remedio, y ni siquiera ha tenido un hueco en las listas de Valverde a pesar de que el extremeño ha reconocido que todos son susceptibles de ayudar al equipo.
Alcácer, desesperado
Otro de los futbolistas que no levanta cabeza es Paco Alcácer, que empieza a ver con más claridad que si quiere jugar tendrá que ser lejos del Barça. Si bien es cierto que al valenciano no se le puede reprochar su actitud, ni dentro ni fuera del terreno de juego, también lo es que sus características no se adaptan a las ideas de Ernesto Valverde, que lo ha demostrado dejándole fuera de las rotaciones. Si su posición no cambia, el mercado de invierno podría ser decisivo.