El FC Barcelona volvió a 'pegársela' una vez más esta temporada y no logró pasar del empate a uno contra el Valencia en Mestalla. Los culés tuvieron bastantes ocasiones a lo largo del encuentro, pero una vez más faltó la 'pegada' de los delanteros. Quien sí estuvo acertado y mostró lo gran jugador que es fue Frenkie de Jong, que lideró al Barça en el centro del campo y 'tiró del carro' hasta cuando solo él parecía creer.

El neerlandés jugó muy bien en el estadio valencianista y podría decirse que estuvo muy por encima del nivel medio mostrado por el resto de sus compañeros. El '21' 'rompió' en infinidad de ocasiones líneas de presión de los 'ches' con conducciones, la pidió siempre y fue el más clarividente con diferencia tanto en el pase corto como en el pase largo, donde acabó 'saliéndose'.

Frenkie hizo todo lo posible por ganar

Frenkie fue quien se 'inventó' la jugada del gol de Joao Félix, con un pase de exterior a Raphinha por encima de la defensa, generando un pase que no había para nadie más que para él. Un pre-asistencia de 'mago' absoluto que dejó muy claro quién es el futbolista más en forma del equipo. Ese 0-1 debía ser el inicio de un partido mucho más controlado y relajado para los catalanes, pero fue el principio del fin.

El Barça dejó que el Valencia ganara algo más de terreno tras el tanto del luso y al final lo acabó pagando con el golazo de Guillamón en el 70' de juego. Pese a todo, De Jong no se 'salió' del partido en ningún momento y fue el director de orquesta del cuadro barcelonista hasta el pitido final. El ex del Ajax siguió con su 'master class' de pases en largo y repartió varios que deberían haber acabado en gol, pero que no lo hicieron por la torpeza y la mala puntería de Lewandowski o Raphinha.

El equipo debe ponerse a la altura de De Jong

El centrocampista debió acabar el encuentro tremendamente frustrado con sus compañeros. De hecho, se le notó demasiado precipitado en un par de entradas a destiempo que pudieron haberle costado caro, ya que poco antes había recibido amarilla. Sea como sea, poco o nada se le puede reprochar a un futbolista 'top' en Europa, uno de los quizás cinco mejores en su puesto. Frenkie ya no puede dar más ni hacer más, y deben ser los demás quienes se pongan a su altura