Hasta hace unas semanas, estaba metido de lleno en la lucha por los títulos, pero el FC Barcelona se ha visto obligado a mirar al mercado de fichajes antes de tiempo. La crisis del coronavirus ha golpeado de lleno al mundo del fútbol, y con la temporada detenida hasta nuevo aviso, los catalanes han intensificado el trabajo de planificación. En el enorme rompecabezas al que hay que hacer frente ya existen algunas certezas.
Pese a que aún hay muchas incógnitas por resolver, los culés tienen claro que la estrategia de una plantilla corta ya no les sirve. Así se justificaban en los últimos tiempos las limitaciones en algunas parcelas, haciendo referencia, además, a que esto lo prefería Ernesto Valverde. Las plagas de lesiones y los problemas recientes han desmontado esta apuesta, que ha encontrado más obstáculos que fuerzan a desactivarla.
Pensando en todo lo que tienen que afrontar, los azulgrana harían bien en construir un equipo profundo y de garantías, ya que el calendario a corto-medio plazo ha elevado su dificultad. Ya no se trata sólo de las obligaciones propias de competir año tras año por LaLiga, la Champions League y la Copa del Rey, sino que las reorganizaciones, ajustes y demás obligarán a un esfuerzo extra que tendrán que asumir los jugadores.
La pandemia ha alterado notablemente la programación de partidos, que se ha convertido en una exigente carrera de fondo. A la espera de que se concreten las nuevas fechas de todos los torneos, todo apunta a que se reducirán los descansos hasta dentro de varias temporadas. La 2019-20 está por terminar, y la 2020-21 no puede arrancar muy tarde porque irá seguida de la Eurocopa y la Copa América que hay que recuperar. Ni siquiera la 2021-22 ofrecerá un respiro, ya que también aparece el Mundial de Qatar. Son menos vacaciones y cada vez más compromisos.
Esta situación va a desgastar constantemente al vestuario del Barça, compuesto por numerosos internacionales y veteranos. Los Leo Messi, Luis Suárez, Gerard Piqué o Sergio Busquets deben dosificar sus minutos, pero también los Frenkie de Jong, Arthur o Clément Lenglet. Si no encuentran un punto medio entre entrega y reposo, se les acabará la gasolina, su rendimiento podría bajar y los percances físicos reaparecerán.
El Barça B también es otra pieza del puzle
En el puzle del Barça también hay que contar a los miembros del filial, y la responsabilidad de su gestión corresponde a Quique Setién. Ernesto Valverde se quejó en alguna ocasiones de que era difícil hacer sitio a los canteranos con demasiadas estrellas en el primer equipo, y pese a su voluntad de apostar por los jóvenes, el cántabro ha compartido su punto de vista. En el escenario que asoma en el horizonte, habrá más espacio para las rotaciones, y tocará combinar las oportunidades para que todos estén motivados, frescos y comprometidos con la causa.