El FC Barcelona B debe superar dos finales más para alcanzar la Segunda División, y en el vestuario hay concentración y optimismo en busca de una recompensa deportiva y económica. En una época de vacas flacas, los ingresos del club se multiplicarían con el salto de categoría, pero además se podrían responder con mayor facilidad algunas preguntas relativas a la planificación. En los próximos días hay muchísimo en juego.
Tras recibir un toque de atención por sus despistes, los culés ya analizan a otra generación interesante de futbolistas de la Masia, que como ha quedado más que claro en el pasado reciente, deben ser la base para los éxitos del primer equipo. Aficionados y expertos comparten ilusión por el paso adelante de varias perlas como Ansu Fati, Riqui Puig o Ronald Araújo, pero hay más jugadores a los que prestar atención.
Un caso curioso en la Ciudad Condal es el de Monchu, desconocido para el gran público pero pieza clave del filial. Tras un breve paso por las categorías inferiores del Mallorca, se mudó a Barcelona y ha ido subiendo, peldaño a peldaño, la escalera hacia el Camp Nou. No son pocos los que advierten que el capitán en ausencia del lesionado Ferran Sarsanedas es un valor a tener en cuenta, porque destaca tanto por su calidad futbolística como humana. Tiene carácter, sabe guiar a un grupo que confía mucho en él y no sólo brilla sobre el césped.
El todoterreno de Palma está atado de momento hasta 2021, y el club podría ampliar su vinculación hasta 2023. Francisco Javier García Pimienta está encantado con su rendimiento, puesto que se ha consolidado como interior o pivote y apenas tiene puntos débiles. No desentona en la creación, reparte asistencias con facilidad, es un argumento muy útil a balón parado y también muy responsable en tareas de recuperación. Esta polivalencia le permite también descolgarse para ver puerta, otra de sus especialidades, que le ha convertido en el máximo anotador de la plantilla.
El Barça debe tomar decisiones con Monchu
A sus 20 años, el balear apenas se ha asomado al primer equipo, y ha llegado la hora de tomar decisiones importantes. Ernesto Valverde y Quique Setién le han llamado para un puñado de entrenamientos pero el 'overbooking' de la medular ha provocado que su debut oficial aún no se haya producido. Para evitar otra fuga inesperada, habrá que planear su futuro al detalle, ya que varias veces han surgido rumores sobre diversos interesados en hacerse con sus servicios. Su compromiso es firme y está fuera de dudas, pero necesita alicientes por los que luchar.
Para evitar que la tentación desemboque en otro problema, el Barça podría seguir los ejemplos de Carles Aleñá o Riqui Puig. Ambos tuvieron paciencia y esperaron su momento, y por vías distintas han conseguido su oportunidad en el Camp Nou. A partir de ahora, será su entrega, habilidad y rendimiento el que marque la pauta. El posible ascenso condicionará la planificación del filial , pero hay que contemplar que el mallorquín podría quedarse y esperar un poco más o probarse en alguna cesión. Otros compañeros, como Oriol Busquets, también han salido beneficiados.