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Quique Setién, Josep Maria Bartomeu y Éric Abidal en una rueda de prensa del Barça

LA PLANIFICACIÓN DEL BARÇA, EN ENTREDICHO

El Barça no puede convertirse en un club vendedor: Toca fichar mejor

Publicación:29/06/2020 - 20:58h

Actualización:30/06/2020 - 14:59h

El Barça ha cerrado un trueque entre Arthur y Miralem Pjanic, que podría aportar beneficios económicos a sus cuentas. Pese a este punto a favor, la planificación está en entredicho, ya que el club no puede convertirse en vendedor y toca fichar mejor

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El FC Barcelona ha confirmado este lunes su primera gran operación en el mercado de fichajes, el trueque entre Arthur y Miralem Pjanic. La crisis del coronavirus ha obligado a otro ejercicio de ingeniería financiera para sanear las cuentas, que se ha resuelto con un pacto por valor de 72 millones de euros más 10 en variables por el ex del Gremio de Porto Alegre y el abono de 60+5 por el todavía centrocampista de la Juventus.

Económicamente, y dejando a un lado las diferencias en los sueldos de ambos cracks, el acuerdo parece positivo. Esta por ver cuánto se embolsará el bosnio, a quien podrían haberle pedido que se rebajara el salario para no meter más presión sobre las arcas barcelonistas, pero en caso de cumplirse todos los objetivos, la diferencia sería de 17 'kilos' a favor. Además, y contando los 31 millones que se pagaron por el de Goiania, cabe destacar que en un par de temporadas, se ha doblado su tasación, lo que sin duda es una buena noticia.

Deportivamente, eso sí, el trato genera muchísimas dudas, y más en un periodo vital para el futuro de los culés. Pese a que las lesiones han agobiado al brasileño y a que no ha dado todo lo que tiene y lo que se prevé que podría alcanzar, no hay que obviar que se deja escapar a una perla que pronto cumplirá 24 años y que llega una estrella contrastada y con experiencia pero que recientemente cumplió 30. Cuando se está abonando el terreno para un futuro post-Leo Messi, habría que pensar largo y tendido si este movimiento ha sido el mejor.

La mejoría que los azulgrana han vivido en materia de ventas sería para celebrar, pero es peligrosamente engañosa. La inesperada fuga de Neymar dio paso a un carrusel de compras que han estado en duda, y se han multiplicado las apuestas de corto recorrido que dejan beneficios o pocas pérdidas en los balances del club. Por unos u otros motivos, la aventura de Arthur ha sido breve, pero también la de Paco Alcácer, Malcom, Paulinho, Yerry Mina o Philippe Coutinho, a los que pronto podrían añadirse otros nombres como Nélson Semedo o Junior Firpo.

La obligación del Barça debería ser dejar de festejar los grandes traspasos y centrarse en fichar mejor, una estrategia que, probablemente sería más adecuada en todos los aspectos para un conjunto que siempre debe aspirar a lo máximo. En los últimos tiempos, ha mandado la economía y los intereses cuando debería hacerlo el fútbol, lo que ha pasado factura en la habitual pugna por los trofeos pese a contar con uno de los mejores de la historia. Los errores del pasado ya no se pueden arreglar, pero sí se puede enderezar el rumbo para esquivarlos mañana.

Mejorar la planificación pasa por un esfuerzo en la detección de talentos, por una mayor paciencia y por una visión más global, que, de momento parece, que se quedó en épocas mejores. El propio Coutinho, u Ousmane Dembélé o Antoine Griezmann llegaron más por necesidades puntuales que por su encaje en el proyecto, algo que a largo plazo ha derivado en consecuencias nefastas. Equivocarse, o no, con Arthur, se ha podido arreglar con ganancias, pero cuando se invierten más de 100 millones de euros con más corazón que cabeza, el fallo está garantizado.

La reflexión podría ayudar al Barça a ahorrar al Barça

Apuestas más modestas pero más reflexionadas pueden dar rendimiento a largo plazo, así como las que ya están en casa. El Barça podría ahorrar una millonada si aprendiera a valorar lo que ya tiene, y repoblara su clase media o alta con los productos de la Masia en vez de con fichajes. En los últimos años, se han pronunciado más nombres de canteranos en despedidas que en ascensos, y aunque es evidente que no hay sitio para todos en el primer equipo, se ha invertido en parches que bien podrían haber salido del filial. Antes del desastre definitivo, y quizá con las próximas elecciones, toca pensar en que el fútbol debe regresar a la Ciudad Condal, y eso pasa por dejar de celebrar ventas y empezar a fichar mejor.