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Ronald Araujo celebra un gol con el Barça B | FCB

LOS jÓVENES LLAMAN A LA PUERTA

El Barça podría ahorrar una millonada si aprende a valorar lo que tiene

Publicación:15/06/2020 - 13:47h

Actualización:15/06/2020 - 16:54h

El Barça está obligado a reaccionar en el mercado de fichajes, y no lo tendrá fácil en un verano marcado por la crisis del coronavirus. El club podría ahorrar una millonada si aprende a valorar lo que ya tiene

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La crisis del coronavirus ha cambiado las normas del mercado de fichajes, en el que de momento va a tocar ajustarse el cinturón. Las pérdidas económicas han lastrado a la mayoría de clubes, que prefieren limitar sus inversiones para no poner en peligro su estabilidad financiera. Esta situación añadirá más dificultad a la planificación de un FC Barcelona que pretendía realizar una notable reforma de su plantilla.

La pandemia se ha convertido en una buena oportunidad para que los catalanes empiecen a valorar lo que ya tienen, y rompan con una tendencia compradora que ha generado muchas dudas en los últimos años. En un conjunto muy dado a apostar por el producto de las categorías inferiores se ha optado por vender a los jóvenes de la Masia y reclutar talento de otros lugares, lo que no siempre ha dado buenos resultados.

En el Camp Nou podrían ahorrarse una millonada si empiezan a nutrir la clase media-alta del primer equipo con su propia cantera, algo que se había hecho en el pasado reciente y que se ha perdido de un tiempo hacia aquí. No se trata de sobrevalorar a todos los jugadores del fútbol base, pero sí de cribar a los que, en mayor o menor medida, pueden ser de utilidad y tener recorrido en un vestuario dominado por las estrellas.

El caso de Ronald Araújo es un ejemplo interesante que ilustra cómo pueden reaccionar los culés. El de Rivera llegó al filial por 1,7 millones de euros que podrían convertirse en un 5,2 contando variables, algo muy alejado del precio que hoy se solicita por un central. Tras curtirse en el Barça B, ha frecuentado los entrenamientos de los 'mayores', y ahora los técnicos y los 'pesos pesados' le ven capacitado para dar el salto a Primera División, lo que, a sus 21 años y en las condiciones actuales, podría convertirle en un refuerzo excelente a corto y largo plazo.

La clave con el uruguayo ha sido trabajar con paciencia y en un entorno controlado que le ha arropado y le ha dado margen para crecer. Por un lado, no ha habido prisas ni presiones para acelerar su incorporación, y por el otro, la valentía de Ernesto Valverde y Quique Setién le ha permitido debutar en el momento justo. Simplemente, el fútbol le ha puesto en su sitio, y pronto se comprobará si está capacitado para dar más.

El Barça debe dar espacio a sus promesas

Vender a las promesas para generar ingresos no es una mala estrategia, pero la prioridad debería ser ponerlas a prueba antes de tomar una decisión definitiva. De esta forma se evitarían fugas inesperadas o desagradables rumores de repesca, porque hay varios que han confirmado su calidad justo después de hacer las maletas. Las cláusulas de recompra deben ser otro aliado obligado en un camino siempre muy exigente.

Analizar en profundidad si el club posee a una joya con capacidad para ser un buen suplente o incluso titular a medio plazo es básico, y sólo se consigue a base de minutos. La combinación de todos los factores -y el acuerdo entre entrenadores y responsables deportivos- podría aportar resultados significativos en lo deportivo y en lo económico, lo que demuestran otros casos dolorosos como los de Juan Miranda o Marc Cucurella, que siguen desarrollándose mientras un Junior Firpo que costó 18+12 millones de euros está sufriendo problemas de adaptación. 

La Masia ya ha ofrecido a una generación dorada, y aunque no todos podrán igualarla, sí habrá talento que puede resultar muy rentable. No se trata de menospreciar al propio Firpo, a Neto Murara o a los nombres que suenan para el centro del campo o la delantera, sino de pensar en si los Iñaki Peña, Carles Aleñá o Ansu Fati podrían hacerlo igual o mejor. Para controlar su evolución están las oportunidades directas o las cesiones, y una habilidad para el juicio que el Barça necesita mejorar. El futuro está en juego, y ya no se puede fallar más.