Podría tratarse de su último partido con la camiseta del FC Barcelona y quiso honrar al equipo y a la afición con una actuación a la altura. Por ello Claudio Bravo se regaló parando un penalti al Sevilla a la media hora de juego. El internacional chileno se llevó una merecida ovación de una afición que, como ha quedado demostrado, no quiere que se vaya de Can Barça.

La pena máxima fue hecha por Samuel Umtiti. El zaguero francés, que se estrenaba con la camiseta blaugrana de forma oficial y en el campo de su nuevo equipo, se vio sorprendido por un disparo desde fuera del área que golpeó en su brazo. Y, a pesar de que no fuese voluntario como se pudo comprobar en la repetición, según la norma ha de ser pitado penalti. Otra cosa es la tarjeta amarilla que le mostró el colegiado y que se podía haber ahorrado. 

Pero suerte que estaba Bravo. Primero para danzar de un palo a otro y poner nervioso al lanzador Vicente Iborra. Y luego para mirarlo fíjamente, acertar el lado donde iba a chutar y despejar con una gran parada el chut del valenciano. Agrandando su sombra con una para de campeonato y evitando el intento de rebelión de un Sevilla que perdía uno a cero en ese momento tras el gol de Arda Turan.

Por ello no dejaron de corear su nombre justo después de la acción. "Bravo, Bravo, Bravo..." podía escucharse de una grada que estaba a muerte con su portero y que le pedía, con esos gritos y aplausos, que no se fuera del equipo azulgrana al Manchester City, aunque parezca que ya está todo hecho para ello.

AQUÍ PUEDES VER EL PARADÓN DE BRAVO AL PENALTI DE IBORRA