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Ousmane Dembélé, contra el Slavia

AL FRANCÉS LE FALTÓ CHISPA

Dembélé volvió gris: solo le salvaron dos buenos pases

Publicación:6/11/2019 - 08:45h

Actualización:6/11/2019 - 08:45h

Después de haber jugado solamente 20 minutos en cuatro partidos, Ousmane Dembélé volvió a la titularidad, pero estuvo falto de su chispa habitual

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Contra el Slavia Praga, en la delantera, solamente se salvó Leo Messi y, naturalmente, Ansu Fati, cuando entró al terreno de juego. Si el partido de Antoine Griezmann fue malo, no mucho mejor fue el de Ousmane Dembélé, muy gris de ideas ofensivas y sin esa chispa para desbordar que sí ha mostrado en otros partidos.

De hecho, la gran virtud y factor diferencial es su facilidad para dejar rivales atrás mediante sus acciones individuales pero, contra el Slavia, apenas sacó a relucir dicha virtud. Sin encontrar demasiados espacios, Dembélé no se sintió cómodo y pareció acusar la falta de ritmo, debido a que solamente había jugado 20 minutos en los cuatro partidos anteriores.

Eso sí, en la línea del 'mosquito', en medio de un partido gris a nivel individual y en el que no le salían las cosas cuando intentó regatear, se sacó dos detalles de crack que medio salvaron su actuación. El primero fue un pase en profundidad a Nélson Semedo con precisión de cirujano; el segundo, otro pase, esta vez de cuchara, a Sergi Roberto, en una baldosa.

Si el portugués o el catalán hubiesen podido finalmente transformar en gol dichos pases, tal vez Dembélé hubiese dejado un recuerdo mejor de su encuentro contra el Slavia. Pero, sobre el papel, el francés mostró una irregularidad en su juego que el Camp Nou no le perdonó, escuchándose algunos silbidos en el segundo tiempo, cuando fue sustituido por Ansu Fati.

La imagen de Dembélé sigue siendo la de un futbolista apático en algunas ocasiones, desconectado de los partidos. De hecho, cuando Ernesto Valerde quiso poner a Ansu Fati sobre el campo, prefirió sacrificar al 'mosquito' en lugar de a un Griezmann nulo en ataque aunque generoso en defensa. Le queda mucho por mejorar al francés (bueno, a los dos) para reclamar un puesto fijo en el ataque.

Ansu Fati aportó más

Otro problema para Dembélé es que Ansu Fati sigue brillando y, tras un par de actuaciones más grises, volvió a demostrar su talento con algunas jugadas en las que demostró que, pese a tener 17 años recién cumplidos, tiene una madurez futbolística tal vez incluso superior a la del galo. El joven delantero está a un gran nivel y merece más oportunidades que las que ha recibido durante las últimas semanas.