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Josep Maria Bartomeu y Éric Abidal en un acto de presentación del Barça

DEMASIADAS DUDAS

La deriva en la planificación deportiva del Barça... ¿Rumor o realidad?

Publicación:30/04/2020 - 00:51h

Actualización:30/04/2020 - 08:43h

El verano de 2020 será clave para el futuro del Barça, y su planificación deportiva parece ir a la deriva. La afición está preocupada porque no se sabe si esta sospecha se basa en rumores o es la pura realidad

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El FC Barcelona estará entre los protagonistas del próximo mercado de fichajes, pero de momento lo es más por dudas que por certezas. En el Camp Nou mantienen su deseo de construir un equipo de largo recorrido que sea capaz de luchar por títulos a corto y largo plazo -en especial en una Champions League con resultados demasiado dolorosos-, y que aproveche el final de la carrera de un futbolista histórico como Leo Messi.

Más allá de los escándalos institucionales, la preocupación crece en la Ciudad Condal por la deriva en la planificación deportiva. Josep Maria Bartomeu se ha multiplicado en los últimos meses para apagar incendios, y ademas de afrontar una reestructuración de la Junta Directiva, ha tenido que llamar la atención en varias ocasiones a Éric Abidal, un secretario técnico cuya trayectoria, hoy por hoy, está marcada por los altibajos.

La crisis del coronavirus ha aumentado la incertidumbre que reina en la plantilla, que parece tener a la mitad de sus estrellas a la venta. Los expertos todavía no pueden hablar con seguridad total, pero se calcula que el impacto de la pandemia podría reducir el presupuesto de los cerca de 1.000 millones de euros a una cifra que rondaría los 700-800. En estas circunstancias, está claro que habrá que ajustarse el cinturón, y más cuando el problema creciente de la masa salarial hace que esta se coma más de 600 'kilos'. Todos tendrán que ser generosos con los recortes.

Pero aunque es evidente que hay que tomar decisiones drásticas, hay movimientos que no se acaban de entender. La discusión de los técnicos sobre la calidad de Nélson Semedo se ha trasladado a los despachos, y tras confirmarse que sería titular, ahora suena como transferible. Arthur ha pasado de ser un talento a desarrollar a otra moneda de cambio, algo a lo que se ha negado repetidamente. La lista de bandazos es larga, y también afecta a otras perlas como Marc Cucurella o Abel Ruiz, a las que se vendió a la desesperada, o Jean-Clair Todibo y Emerson, que podrían seguir el mismo camino. En estos momentos, hay muy pocos que tengan un futuro asegurado y claramente azulgrana.

La misma inestabilidad se puede aplicar a las incorporaciones, sin que nadie sepa si los vaivenes son rumores o la pura realidad. Los grandes deseos de los culés son Neymar y Lautaro Martínez pero su precio y la situación actual podría convertirlos en imposibles, pese a que podrían aportar soluciones interesantes. Más allá del brasileño y el argentino, poco más se sabe, porque se podría retocar la portería, se esperan cambios en la medular y la defensa podría saltar por los aires, pero cada día suenan objetivos distintos y no parece haber avances por ninguno.

O el Barça trabaja muy bien en la sombra y nadie ha detectado su gestión, o la inquietud debería extenderse incluso a las renovaciones. Las últimas noticias comentan que la directiva las ha parado, algo que era de esperar porque es imposible saber cuan amplio será el agujero del coronavirus. El problema es que es imposible no morderse las uñas cuando Leo Messi y Marc-André ter Stegen están amenazados, porque su amor al club es el que manda pero no les van a faltar ofertas de máximo nivel. Y como han dejado caer ambos, hay demasiadas cosas que no se están haciendo bien, y sea por su consejo o por el bien de todos, toca reaccionar cuanto antes.

El Barça no puede regalar otro año

Aunque las elecciones podrían suponer borrón y cuenta nueva, el Barça no puede regalar el año que queda hasta 2021. Sus mayores rivales, en especial el Real Madrid, se están reforzando para hoy y para mañana, y la Masia y su generación dorada han demostrado que el trabajo ofrece recompensas que pueden durar más de una década. La tendencia en España sigue siendo más culé que 'merengue', pero si se revierte tocará pasar otra época oscura antes de poder asomar la cabeza. Tras un reguero de títulos y futbolistas como nunca se había visto antes, será difícil igualar los récords, pero hay que machacarse para intentar que el futuro sea igual o más ilusionante.