La cesión del jugador de origen guyanés Jean-Clair Todibo, al club portugués Benfica, se veía como una nueva oportunidad para dar un salto en su carrera profesional, pero se ha convertido en un infierno. Al comienzo tuvo molestias en el tendón de Aquiles, lo que no le ha permitido ejercitarse al máximo con sus compañeros luego de tres meses de su llegada.
Por su parte, el experimentado Jorge Jesus no le tiene la confianza necesaria para contar con él en el Benfica. En una declaración dejó ver entre líneas que "Todibo no tiene las condiciones físicas ni tácticas", y que el club quería devolver al central galo, pero el Barça no está en condiciones de renunciar ni un céntimo de los dos millones de euros de la cesión.
El extenso receso de Gerard Piqué por una lesión, en conjunto con las molestias que acumulan Araujo y Lenglet, se podía tomar como una buena excusa para que el técnico catalán Ronald Koeman viera con buenos ojos repescarlo. Pero aún así las condiciones de cesión son claras y el Barça no está dispuesto a renunciar a la cesión.
Asimismo, en el mes de agosto Todibo daba positivo por coronavirus, sin aún pisar el césped de la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Fueron alrededor de tres semanas en que el guyanés no podía regresar a los entrenamientos hasta tener la autorización médica. Mientras esto ocurría, Koeman llegaba a Barcelona para tomar el control del centro de operaciones azulgrana.
El técnico del club catalán sostuvo reuniones con Leo Messi y Luis Suárez para tomar decisiones, entre ellas dejar claro que no contaba con Jean-Clair. El club quería que fuera en forma de traspaso para hacer caja, pero al central no le gustaron las ofertas que llegaron de la Premier League (Fulham) y todo se complicó rápidamente.
Un año 2020 para el olvido
Pese a ser un jugador con una carrera muy larga por delante, no le será fácil a Todibo olvidar un 2020 que no le deja un balance positivo del todo al menos desde lo futbolístico. Su salida significaba, al menos en el papel, una jugada cantada para la llegada de Eric García, algo que finalmente tampoco terminó pasando, porque no se llegó a un acuerdo económico en su club, el Manchester City.
Dadas las circunstancias que fueran, su cesión al cuadro portugués de Jorge Mendes supuso el ingreso de dos millones de euros al conjunto catalán, así como una oportunidad para un jugador que a duras penas había podido demostrar su valor en el FC Barcelona y que, dicho sea de paso, lo truncó la pandemia ante lo que parecía una evolución inminente en el Schalke 04.