El FC Barcelona volvió a pegársela una noche más en LaLiga este sábado en el Ramón de Carranza. Los azulgrana visitaban al Cádiz, una de las grandes revelaciones de la temporada liguera, y chocaron durante 95 minutos contra el muro plantado por Álvaro Cervera. Los cadistas supieron frustrar casi todos los intentos culés y maximizaron sus oportunidades para terminar venciendo por 2-1.
Con esta derrota, el Barça se queda ya a 12 puntos del Atlético de Madrid, líder del campeonato español, y a 6 del Real Madrid, que tiene un partido más. Los visitantes completaron otra actuación decepcionante, especialmente en el primer tiempo, aunque con un poco de suerte podrían haber puntuado o incluso ganado. Los de Ronald Koeman tuvieron ocasiones para marcar más goles, pero se toparon con un acertado Ledesma.
El arquero de los locales estuvo espectacular en todo momento y evitó varios tantos de los barcelonistas. Pero, además de él, los catalanes también se toparon con el árbitro y con el VAR, que una semana más volvieron a causar polémica. Los blaugrana protestaron el 1-0 del Cádiz por falta sobre Mingueza, aunque dio la impresión de que el forcejeo era insuficiente para señalar infracción, pero lo que sí hubo más tarde fue un claro penalti sobre Clément Lenglet.
El central francés, con 2-1 en el marcador y ya en el segundo tiempo, fue claramente agarrado por Alcalá, central cadista, y terminó en el suelo. Fue una acción clara que recordó al agarrón del propio galo sobre Sergio Ramos en el Clásico ante el Real Madrid. En esa ocasión, no obstante, el VAR decidió entrar y señaló pena máxima del zaguero de Beauvais sobre el madridista, que convirtió el lanzamiento en gol.
Doble rasero claro que indigna al barcelonismo
Son dos jugadas similares, la de Lenglet de este sábado incluso mucho más evidente, pero que terminaron de forma muy distinta. En esta ocasión, el árbitro prácticamente no tardó ni 5 segundos en mandar seguir con el partido, por lo que el VAR actuó de una forma completamente distinta a la que actuó en el Clásico. Un doble rasero muy evidente que probablemente indignó a todo el barcelonismo y al propio Lenglet.
El francés fue agarrado de forma continuada por Alcalá hasta el punto que terminó yéndose al suelo. Es un agarrón clásico en todos los balones parados que no se pita casi nunca, pero que se pitó en el Barcelona-Madrid del pasado mes de octubre. ¿Por qué uno sí y el otro no? Esa es la pregunta que se hacen los aficionados del Barça en estos momentos y es lo que debería responder el Comité Técnico de Árbitros en algún momento.