El FC Barcelona se ha enfrentado a numerosos problemas esta temporada, y ya trabaja para alejarlos de cara al año que viene. La intención es apagar los incendios que se han producido en los últimos meses y enderezar el rumbo del club, que debe ser noticia por sus éxitos y recuperar terreno en una lucha por los títulos que sigue aumentando de dificultad. Con elecciones a la vista en 2021, este será un auténtico examen final.
La plantilla ha identificado algunos de los errores recientes, y los responsables deportivos deben actuar en consecuencia. En el centro de las miradas está, obviamente, el primer equipo, pero Josep Maria Bartomeu y sobre todo, Éric Abidal y sus asistentes, saben que tras el jaleo de la ventana invernal toca ponerse las pilas y arreglar varios conjuntos, empezando desde arriba pero también compensando las categorías inferiores.
Aunque en la Ciudad Condal todavía no se habla de revolución, la lista de altas i bajas podría ser extensa. Hay pocas, por no decir ninguna, operaciones que parezcan sencillas, y habrá que moverse muy bien en los despachos para devolver el equilibrio que hace tiempo que se perdió. Y con veteranos, jóvenes, canteranos, extranjeros y numerosas opciones disponibles, harán falta grandes dosis de responsabilidad y acierto para acabar en el camino correcto. Si los azulgrana lo consiguen, podrían construir un equipo de ensueño para la campaña 2020-21.
El equipo que prepara el Barça, línea por línea
Banquillo
Tras el precipitado adiós a Ernesto Valverde llegó Quique Setién, que podría mantenerse a la espera del cambio en la presidencia. El propio Bartomeu confirmó que el cántabro tiene una cláusula de salida por si el ganador de las elecciones tiene otros planes para el banquillo, aunque el de Santander podría tener una segunda oportunidad. Antes de pensar en alternativas como Ronald Koeman o Xavi Hernández, estaría bien saber de lo que es capaz un entrenador que, como el extremeño, está tratando de salir adelante con lo que hay en vez de optar firmemente por sus propias estrategias.
Portería
Quizá es una de las líneas que menos cambios necesita, siempre que se aparquen los rumores sobre Marc-André ter Stegen. El germano siempre ha dicho que mientras estuviera motivado y tuviera desafíos, no se plantearía hacer las maletas, por lo que habrá que procurar que se sienta a gusto -ya es muy feliz en Barcelona-, cuidado y con objetivos para seguir creciendo. Al lado de uno de los mejores guardametas del mundo está Neto Murara, que si no se aleja de las lesiones y de su mala fortuna podría dejar paso a algún joven de la casa como Iñaki Peña o a otros candidatos como André Onana.
Defensa
En la zaga habrá que tomar numerosas decisiones, empezando por el siempre agitado capítulo de los centrales. Gerard Piqué tendría un puesto asegurado en el perfil diestro, pero a sus 33 años debería empezar a dejar paso a un sucesor y el club debe elegir al adecuado. Con Jean-Clair Todibo cedido al Schalke 04 y bajo observación, también se analiza la candidatura de Ronald Araujo, con grandes sensaciones en el filial aunque con la desventaja de ocupar una plaza para futbolistas extracomunitarios. En el otro costado, Clément Lenglet parece una buena apuesta de presente y futuro, y Samuel Umtiti está en el punto de mira. Si no mejora su rendimiento, se podría optar por un traspaso por el que se reclamarían en torno a 50 millones de euros para reinvertirlos en un central zurdo, rápido y contundente. Dayot Upamecano es una de las opciones.
Los laterales están, a priori, mejor cubiertos, pero eso no significa que no estén sujetos a cambios. Para empezar, habrá que comprobar si Moussa Wagué se queda definitivamente en el Niza, y si Sergi Roberto sigue siendo carrilero. Eso marcará si hay que fichar a uno más, a ninguno o a dos, en el caso de que las especulaciones sobre Nélson Semedo sean ciertas. En verano habrá que decidir, de una vez por todas, si el luso es el titular que se necesita o si se le meterá en otra operación para renovar este flanco de la defensa. Jordi Alba y Junior Firpo parecen confirmados en el otro lado del campo, pero el hispano-dominicano ya sabe que debe mejorar si quiere hacer carrera en el Barça.
Centro del campo
La medular tiene marcadas dos salidas que parecen evidentes, y que podrían engordar ligeramente el presupuesto para fichajes. Después de varios meses de idas y venidas, el club podría despedirse de Arturo Vidal e Ivan Rakitic. Ambos superan la treintena y han cumplido un ciclo como culés, por lo que no sería mala opción sentarse a negociar y apretar para alcanzar en torno a 40 o 50 millones sumando ambas ventas.
Con los que se queden también habrá mucha tela por cortar, porque esta es una parcela clave para los éxitos del Barça. Es obvio que a Xavi Hernández y Andrés Iniesta no se les puede reemplazar fácilmente, pero de la configuración de la medular dependerá en buena parte si el modelo y el estilo se pueden perpetuar en el tiempo. Con el futuro de Rafinha Alcántara y Matheus Fernandes por concretar, habrá que decidir también si suben canteranos como Riqui Puig o Álex Collado para cubrir esos huecos, si hay incorporaciones o, entre otras cuestiones, si Carles Aleñá volverá para quedarse. Sergio Busquets también busca sucesor y habrá que ver si ese es Oriol Busquets, a préstamo en Holanda. Por último, jóvenes como Frenkie de Jong y Arthur deben completar su adaptación y dar un ansiado paso adelante.
Delantera
Es una de las líneas prioritarias para el Barça, ya que ha dado numerosos avisos en las últimas temporadas. Leo Messi es la pieza clave sobre la que se edificará el próximo proyecto, y de una vez por todas habrá que parar la sangría de millones y elegir bien a sus acompañantes. La lesión de Luis Suárez ha demostrado de sobra que al uruguayo se le echa muchísimo de menos cuando no está, por lo que además de encontrarle al esperado heredero, habrá que aprovechar los que podrían ser sus últimos meses -o años si se gestiona bien- en el Camp Nou.
Más allá de los dos cracks, el resto está rodeado de incógnitas, ya que habrá mucho movimiento y no hay puertas cerradas. Parece claro que Ansu Fati se ha ganado el derecho a continuar como barcelonista, pero a sus 17 años lo que necesita es jugar y habrá que procurar que tenga minutos. Si las estrellas le van a apartar, quizá lo más conveniente sería una cesión. Otro recién llegado es Martin Braithwaite, que apunta a ser un temporero pero trabajará para que no se le venda cuanto antes. Si se revaloriza, lo más probable es que se le vuelva a colocar tras ayudar durante unos meses en LaLiga.
También están en el punto de mira Antoine Griezmann, Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé. El primero sigue aportando goles decisivos, pero no encaja ni brilla en el sistema barcelonista y su salida podría dejar espacio para otros delanteros más necesarios. Ni él quiere marcharse ni el club se plantea en principio su marcha, pero habría que analizar en profundidad si no fue un error en primer lugar abonar 120 millones de euros sabiendo que su perfil no era idóneo para esta plantilla. Y más si se añaden los precedentes, como el del carioca, que se perdió porque en el Barça no existe media punta y que podría actuar como moneda de cambio o como fuente de ingresos para reinvertir en más contrataciones. No se descarta una nueva oportunidad, pero está más que complicado. Una breve tregua podría quedar para el de Vernon, porque estará lesionado y habrá poco interés de sus pretendientes. Tienen 22 años y mucho por recorrer, pero si no mejora pronto, también podría hacer las maletas.
Los objetivos también habrá que seleccionarlos y madurarlos bien, para no acabar con sorpresas desagradables. La juventud es una de las prioridades y llegará Francisco Trincao, un extremo al que podría acompañar otra joya como Ferran Torres. Los dos son quizá los más asequibles, porque para relevar a Leo Messi sigue deseándose a Neymar, que centrado mental y deportivamente tiene condiciones para suceder al '10' pero costará una millonada y una discusión con el PSG. Y el recambio de Suárez tampoco será barato, porque el Inter de Milán tiene la sartén por el mango con Lautaro Martínez y la alternativa, Timo Werner, una cola larguísima de clubes que pelean por su contratación.