Ya lo decían los comentaristas de 'Movistar+' durante la retransmisión del Barça-Villarreal: "En el mundo del fútbol, lo más difícil para un jugador es tener gol". Pues bien, a Ansu Fati se le caen los goles de las manos y sólo tiene 17 años. El hispano-bissauguineano marcó un doblete antes de la primera media hora de partido frente al Villarreal, en el estreno liguero del Barça esta temporada 2020-21, a base de precisión y calidad.
Los focos estaban puestos antes del partido en Messi y en sus reacciones, pero Ansu no tardó en robarle el protagonismo. En el minuto 15 de partido, un gran despliegue de Jordi Alba por la banda izquierda terminó en una gran asistencia del de L'Hospitalet, uno de sus tradicionales 'pases de la muerte', para que Ansu Fati fusilara al portero llegando desde atrás.
Ansu Fati, satisfecho con su actuación
Gran remate de primeras del español, colocando muy bien el cuerpo para sacarse de la chistera un tiro potente e imparable. No quedó ahí, sin embargo, la aportación de Ansu Fati en la primera media hora de juego. Y es que el joven canterano del Barça volvió a deshacerse de sus marcas en la banda izquierda y, al contragolpe, recibió un gran pase en profundidad de Coutinho.
El brasileño había conducido rompiendo líneas tras recibir un buen pase de Lenglet, vertical, y encontró solo en la banda a Ansu Fati para que éste encarase al guardameta rival y, con una gran tranquilidad y recisión, le batiera con un disparo raso por el palo corto.
Exhibición de un Ansu Fati que ya es una estrella
Poco pudo hacer Asenjo ante la eclosión de un Ansu Fati que ya había marcado dos goles en el minuto 25, y que además provocaría un penalti en el 34'. Se marchó como quiso de Mario Gasper y éste, impotente, le hizo la zancadilla por detrás. Penalti claro que transformó Leo Messi, no sin intriga, para colocar un 3-0 momentáneo pero muy contundente.
Ansu Fati, en definitiva, fue sin lugar a dudas el mejor futbolista del partido (sobre todo en el primer tiempo) y el que llevó más peligro con cada balón que tocó. Da la sensación de que, después de todos los palos que han recibido los jugadores del Barcelona en los últimos meses, de parte de la afición y los medios de comunicación, están más hambrientos y motivados que nunca. Esperemos que dure.