Expectativas vs realidad: Análisis a fondo de la situación de Ansu Fati en el Barça

Ansu Fati parecía tenerlo todo para acabar convirtiéndose un 'crack' generacional y un serio aspirante al Balón de Oro. Era rápido, tenía desborde, calidad en los controles y las combinaciones, personalidad y lo más importante para un delantero, gol y mordiente de cara a la portería rival. Con solo 16 años, en su primer curso con el primer equipo, ya era la gran esperanza de un barcelonismo que quería ver en él al relevo natural de Leo Messi.

Sin embargo, el 'maldito' destino tenía preparada otra historia mucho más dura y triste para el hispano-guineano. El siete de noviembre de 2020 empezó un calvario que todavía no ha terminado de superar. Mandi, central del Betis, llegó tarde a un corte dentro del área y de forma accidental provocó un giro brusco de la rodilla del joven atacante, que gritó de dolor tras el choque. Aunque siguió jugando hasta el final de la primera parte, ya no salió al descanso y no mucho después los médicos confirmaron los peores presagios, rotura del menisco interno de su rodilla izquierda y posterior operación.

 

Una lesión de rodilla siempre es delicada y puede llevar mucho tiempo recuperarla por completo. En el caso de Ansu, dos años y medio después de ese fatídico día sigue sin haber recuperado el nivel que tenía antes. Tuvo que estar de baja casi un año por culpa de su menisco y tuvo que ser intervenido hasta en tres ocasiones más después de la primera, ya que su rodilla seguía sin responder a los tratamientos durante su recuperación.

Ahora, en febrero de 2023 y con aún 20 años, Ansu parece haber dejado atrás la lesión, aunque los efectos de la misma le puedan seguir lastrando. El curso pasado, por ejemplo, se perdió 35 encuentros por varios problemas físicos, pero especialmente por una lesión en el muslo que le mantuvo 'KO' durante cuatro meses y medio. Esta campaña no se había lesionado hasta ahora, aunque parece que no es grave. Xavi le está cuidando muchísimo para evitar 'sustos' y solo ha sido titular en una ocasión en dos duelos consecutivos. Eso parece un claro síntoma de que en el Barcelona aún quieren ir con mucha calma con él.

Las sensaciones de Ansu no son buenas

Hay que decir, que en el campo, que es lo que nunca miente, a Fati ya no se le ve disfrutar como en su primer año y poco con los mayores. Sigue jugando casi siempre en el extremo izquierdo, donde más solía rendir, pero apenas encara a su par, tampoco gana duelos por velocidad y, para colmo, de cara a puerta no se le ve especialmente fino cuando ha tenido oportunidades. Suma seis goles y tres asistencias en 34 partidos (1.250 minutos), que son cifras que no están mal, pero la realidad es que las sensaciones no están siendo buenas.

Al joven delantero cada vez se le ve más desesperado, tal y como él mismo admitió después del choque contra el Cádiz en el Camp Nou, y es una situación que genera cierta preocupación. La afición del Barcelona e inclusos los propios rivales pensaron cuando este talentazo irrumpió que con 20 años podía estar peleando con los Kylian Mbappé o Erling Haaland por la corona mundial. Pero por desgracia, al final se han encontrado con que ni siquiera es titular en el Barça e incluso parece ser ahora mismo el último en la rotación de los atacantes culés.

 

El de Fati es un caso muy complejo, ya que desde su debut generó unas expectativas enormes que por ahora están muy lejos de cumplirse. Ponerle tanta presión a un jugador tan joven siempre puede llegar a ser contraproducente y, en este caso lo está siendo. Solo el tiempo lo dirá, pero después de cuatro operaciones de rodilla es posible que el internacional español no vuelva a ser el que era antes. Es una realidad muy dura, pero lo cierto es que existe esa posibilidad y todo el mundo debería contemplarla.

Paciencia y rebajar expectativas con Ansu

Ansu sigue teniendo 20 años, mucha calidad y toda la carrera por delante. Después de todo lo que le ha pasado, habría que tener toda la paciencia del mundo con él y especialmente habría que rebajar las expectativas con él y también las suyas propias. Presionarlo y presionarse con tener que ser el sucesor de Messi y el futuro Balón de Oro parece no estar haciéndole bien. Paciencia y tiempo podrían ser los mejores amigos del '10' para poder llegar a ser algún día un futbolista importante en el club de su vida.

Nadie sabe hasta dónde llegará el canterano, puede que nunca llegue a ser la gran estrella que podría haber sido sin esa lesión de rodilla, o puede que con paciencia consiga recuperar la chispa y la confianza y sea el líder que estaba destinado a ser. Su carrera no está escrita y va a depender de multitud de factores, como la confianza que le de Xavi, su propio acierto o cómo responda su físico a medio y largo plazo.

Sea como sea, aunque no esté pasando por una buena racha, el guineano tiene y tendrá siempre el arma más importante para un punta, que es el gol y la facilidad para moverse entre los defensas y tener ocasiones. Por ello, aunque uno pueda pensar que al final no va a llegar a la cima del mundo, también hay que ver que tiene cualidades de sobra para poder hacer una buena carrera en el Barça. Hay que entender algo tan simple y a la vez tan complejo como es aprender a ver la realidad tal y como es, y no como nos hubiera gustado que fuera. Ver a Ansu como el jugador que es ahora, apoyarlo, apreciar sus cualidades y no presionarle con el futbolista que podía haber sido o que, quién sabe, quizás puede todavía llegar a ser.