La frase que resume el regreso de Ansu: "Lágrimas, sufrimiento, emociones..."

Los últimos diez, casi once, meses de Ansu Fati han sido una montaña rusa de sensaciones y emociones para él, su familia, compañeros y todo el FC Barcelona. El canterano de 18 años, a consecuencia de una rotura del menisco interno de la rodilla izquierda, pasó varias veces por el quirófano y veía su regreso a los terrenos de juego muy lejos, pero después de la tormenta llegó alegría: vivió su segundo 'debut' este domingo, contra el Levante, con un gol incluido. 

Ha sido el mejor premio después de tantos meses de lucha, golpes y decepciones. Ansu ha superado todas las adversidades y se presenta como uno de los jugadores que pueden dar muchas alegrías al Barça, a corto y largo plazo. Contra el Levante fue el primer paso, pero las esperanzas son muchas y él ya está listo para asumir todos los retos en el equipo de su vida.

Es una batalla que, en cualquier caso, no ha disputado él solo. Ha tenido la suerte de contar con su familia en todo momento, quienes lo han apoyado desde el día uno: en cada paso por el quirófano, cuando su rodilla no reaccionó como era debido y se inflamaba, pero también cuando tocó el balón por primera vez y comenzó a recuperar la confianza. Han sido su puerto seguro y soporte en este largo recorrido. 

“Lágrimas, sentimientos, emociones... Estás loco”, fue la frase con la que su hermano, Fatinyo Fati, ha resumido el regreso de Ansu al campo en una historia en su cuenta oficial de Instagram. Él y toda su familia están emocionados, como nunca, del regreso del canterano, sus buenas sensaciones y su 'locura' en el terreno de juego, que ya da los primeros frutos. 

Sin presiones en su regreso

A partir de esta temporada, Ansu Fati llevará el '10' en su espalda. Ha sido la 'herencia' de Leo Messi y el atacante se ha mostrado orgulloso, emocionado y agradecido con el club y sus compañeros por la confianza que le han dado en todo este tiempo y el 'premio' de ser la nueva ilusión de todo el barcelonismo. 

Tras la goleada ante el Levante, reconoció que "para mí el 10 no es una presión, es un orgullo. Agradecer al club y a los capitanes por darme la oportunidad de llevarlo. No es presión, sino agradecimiento".