El pasado 13 de junio, el FC Barcelona reanudó su andadura en LaLiga Santander goleando al Mallorca en un partido en el que los culés, pese a no mostrarse muy sólidos defensivamente y conceder algunas ocasiones, mostraron un juego alegre ante un rival valiente que no se escondió en ningún momento. Fue el último partido en el que Frenkie de Jong fue titular.
El holandés sufrió una rotura fibrilar en un músculo tan delicado como el sóleo y se perdió los ocho partidos siguientes, en los que el FC Barcelona se dejó un total de seis puntos que permitieron al Real Madrid ganar LaLiga Santander. El pasado jueves, Frenkie de Jong volvió a pisar un terreno de juego. Fue contra Osasuna, en un partido horrible de los azulgranas en el que el holandés solamente tuvo diez minutos de juego.
Un partido muy triste para que el holandés regresara, ya que el juego del equipo fue pésimo y fue ahí donde se certificó el adiós de las opciones matemáticas del FC Barcelona en LaLiga. Tras jugar contra el Deportivo Alavés este domingo, Frenkie de Jong tendrá casi tres semanas para recuperar el ritmo de competición y volver a hacerse con la titularidad en el centro del campo antes que no se reanude la Champions League.
Y es que ha quedado demostrado que, sin el holandés, al FC Barcelona le ha costado muchísimo más dominar los partidos y mover el balón con criterio. Casi sin enterarnos de la película, Frenkie de Jong se fue convirtiendo partido a partido en un jugador cada vez más imprescindible. Algo que queda probado con el hecho de que el joven mediocentro era intocable tanto con Ernesto Valverde como con Quique Setién.
Clave que llegue bien contra el Nápoles
En una situación de ruptura total en el vestuario entre los jugadores del FC Barcelona y el cuerpo técnico encabezado por Quique Setién, Frenkie de Jong no será una solución a la crisis interna, pero sí puede ser un antídoto contra la crisis deportiva. Con él en el terreno de juego, el centro del campo culé parecía tener mucho más empaque, además de poseer más facilidad para dominar.
El próximo sábado 8 de agosto, el FC Barcelona jugará en el Camp Nou contra el Nápoles en la vuelta de los octavos de final de la Champions League. Si bien es cierto que Frenkie de Jong no puede hacer milagros, sí que puede ayudar a que los culés tengan un mayor dominio de la situación en el centro del campo si logra ponerse en forma durante estas tres semanas.