El Eibar se había mostrado muy valiente en el Camp Nou durante todo el partido y, en el minuto 58, obtuvo su merecida recompensa. Un error individual de Ronald Araujo, que no midió bien a la hora de controlar el balón en zonas peligrosas, permitió a Kike García robar el balón y correr solo hacia la portería de Ter Stegen. El delantero armero, que estuvo muy listo, encaró a Ter Stegen y le batió con un disparo colocado.
La diana fue un jarro de agua fría para los culés, que en la primera mitad habían fallado un penalti (provocado por Araujo y errado por Braithwaite) y habían visto cómo el VAR anulaba también al danés un gol por fuera de juego. De haber podido marcharse 2-0 al descanso, vieron cómo el conjunto entrenado por José Luis Mendilibar transformó el 0-1 prácticamente a la hora de encuentro.
Araujo no midió bien, se confió y el Barça lo pagó caro. En defensa del uruguayo, hay que decir que tras el partido fue el primero en dar la cara por el empate, pidiendo ser él quien hablara ante los medios de comunicación. Además, errores de bulto ya se los hemos visto esta temporada, también, a jugadores como Lenglet, Piqué, Neto y Ter Stegen.
En cualquier caso, el Barcelona pareció redimirse menos de diez minutos después con la diana de Ousmane Dembélé, que daba confianza y esperanzas al equipo para cerrar la remontada. Pero el segundo gol nunca llegó, pese a las intentonas culés, y el Eibar supo achicar balones durante el asedio a su área para arañar al menos un punto de su visita al Camp Nou.
Ronald Araujo no debe desmoralizarse
Ahora, finalizado el último partido de un fatídico año 2020 para el FC Barcelona, llega la hora de mirar hacia adelante, prepararse para cambios dentro del club, en la plantilla y en todos los estamentos de la entidad para intentar devolver al equipo a una era gloriosa y llena de títulos.
Ronald Araujo, pese al error de este martes, tiene sitio asegurado en el primer equipo del FC Barcelona. El central charrúa venía demostrando hasta ahora un gran rendimiento, y es de mentalidad fuerte. Fallos como el de hoy, en este sentido, sólo servirán para fortalecer sus ganas de seguir mejorando y aprendiendo a sus 21 años. El de Rivera tiene un futuro muy prometedor por delante.