Andrés Iniesta se encuentra en un momento de forma imparable, y cuando eso sucede la selección española se convierte en el rodillo de Europa. Contra Turquía, quedó demostrado una vez más que, cuando los jugadores del FC Barcelona carburan, "La Roja" es capaz de transformarse en una imitación semi-perfecta del FC Barcelona más sinfónico de los últimos tiempos.
Tres goles como soles alumbraron la noche francesa en el Stade De Nice, ante una Turquía que empezó el partido con la voluntad de contentar a su afición y se marchó siendo rotundamente pitada, con su gran estrella, Arda Turan, sufriendo el acoso otomano desde las gradas y abandonando el campo con el rabo entre las piernas. España fue superior, y en esa superioridad Iniesta volvió a destacar por encima del resto.
Álvaro Morata fue el autor de dos de los tres goles de la Selección y Nolito anotó el otro, pero en todas las jugadas peligrosas del encuentro estuvo presente la figura imponente del mejor centrocampista del mundo, al menos aquí y ahora. Tras las buenas sensaciones del debut contra la República Checa -donde la pólvora jugó una mala pasada a los españoles hasta el minuto 87-, esta vez los de Vicente Del Bosque consiguieron perforar la portería contraria por doble ocasión en la primera mitad, con Álvaro Morata y Nolito destapando el tarro de las esencias en los minutos 34 y 37.
Sucedió en dos jugadas con alta participación azulgrana, en las que Sergio Busquets, una vez más eficaz en la recuperación de balón y concentrado en las líneas de pase, permitió que el esférico llegara a las botas de Iniesta y Silva para que, desde ellos, Nolito, Jordi Alba, Morata y Cesc Fábregas pudieran combinar una línea más arriba.
El delantero español de la Juventus anotó el primero de cabeza a centro perfecto de Nolito, mientras que el de Sanlúcar de Barrameda marcó el segundo después de un fallo garrafal de un defensor de Turquía, que dejó el balón muerto en el interior del área dejando vendido al portero. En el segundo acto España se limitó a controlar con paciencia el juego y Del Bosque se permitió el lujo de hacer los tres cambios sacando al campo a Bruno, Koke y Azpilicueta, reservando a jugadores para los partidos decisivos que quedan por venir.
Álvaro Morata anotó el tercer y definitivo gol en el minuto 47, aprovechando una buena asistencia de Jordi Alba después de que Andrés Iniesta filtrara un balón medido encontrando de reojo un resquicio en la defensa rival. España, cuando toca y toca, se revoluciona y poco a poco el juego alborota. Y el resultado es un 3-0 -la mayor goleada en la Eurocopa de Francia por el momento- y la clasificación matemática para los de Vicente Del Bosque rumbo a los cuartos de final del torneo. Y si Iniesta sigue a este nivel... La sinfonía seguirá tocando.