Pocas cosas o ninguna se le puede recriminar a un Frenkie de Jong que en este 2021 ha 'explotado' su mejor versión, firmando una temporada en la que se convirtió en la brújula que nunca falla, tanto para el FC Barcelona como para su selección, Países Bajos. El centrocampista ha sido uno de los jugadores más determinantes de Europa en esta temporada y, después de tantos partidos, se marcha a unas merecidas vacaciones antes de la pretemporada azulgrana.
Si bien es cierto es una despedida inesperada para el neerlandés, puede estar muy satisfecho por todo lo que ha alcanzado en los últimos meses. Y es que desde el comienzo de este año ha mostrado su mejor fútbol, superando su versión en el Ajax que enamoró a medio continente. Ya no sólo creaba desde la medular, sino que se sumaba al ataque, llegaba desde segunda línea y se convertía en un rival imposible de detener porque estaba en todo el campo, todo el tiempo. Su figura no es discutible en el Barça y mucho menos en Holanda. Eso sí, justifica la confianza de sus entrenadores en cada partido.
No por nada fue uno de los futbolistas más destacados de la fase de grupos. El blaugrana se vistió de líder de la medular de la 'oranje' y fue quien, en los tres partidos, marcó el ritmo del partido, como si se tratase de su propio baile. Lo podemos llamar metrónomo, brújula o director de orquesta, porque su papel fue en todo momento protagónico y marcó, como no, la diferencia para los suyos. En Holanda probó jugar en ocasiones como mediocentro puro, más retrasado que en el Barça, pero no fue impedimento alguno.
A pesar de que no tuvo tantas libertades, hizo 'fiesta' cada vez que pudo. Frente a Ucrania, por ejemplo, fue un jugador indescifrable para los rivales y, con un trabajo silencioso, pero efectivo, se convirtió el dirigente de los suyos, llevándolos a ganar el partido en dos oportunidades. En los siguientes enfrentamientos fue la misma historia, buscando dar fluidez al juego y convirtiéndose en el pulmón extra de los neerlandeses con grandes recorridos para generar peligro e incomodar a los contrincantes.
Ante República Checa, sin embargo, firmó su partido más gris en los últimos meses y su influencia fue muy limitada. Es mérito, también, del planteamiento de Jaroslav Silhavy, que consiguió un marcaje perfecto para el culé que terminó neutralizándolo después de los primeros quince minutos de partidos. Sus números son la mejor manera de demostrar que, después de tanto tiempo, De Jong se quitó la 'capa' y mostró su versión más humana y vulnerable. Firmó 67 intervenciones, 55 pases con un 84% de acierto y once pérdidas.
El bajo porcentaje de posesión del balón (52% a 48%) jugó como enemigo para el centrocampista, porque es un jugador que hace maravillas con el esférico y, cuando no lo tiene, suele perderse más fácilmente. A eso, hay que añadirle que la expulsión de De Ligt en el minuto 55 de partido limitó incluso más su participación ofensiva y tuvo que ayudar, incluso más, en las labores defensivas. Finalmente, tuvo poca participación, y los checos terminaron llevándose la victoria inteligentemente.
Vacaciones merecidas para De Jong
El neerlandés fue uno de los jugadores más utilizados por Ronald Koeman en el Barça y termina el 'año' con cifras asombrantes. Con los culés disputó un total de 51 partidos (37 en LaLiga, 7 en Champions League, 5 en Copa del Rey y 2 en Supercopa de España), con un total de 4.492 minutos de juego. Anotó siete tantos y repartió ocho asistencias de gol para sus compañeros.
A eso hay que sumarle los tres partidos de eliminatorias para el Mundial de Catar 2022 y los cuatro choques de la Eurocopa. Un total de 58 enfrentamientos para cerrar la temporada en la que, sin lugar a dudas, tiene que estar muy satisfecho de su desempeño.