Los jugadores del Barça, hundidos tras el empate ante el Cádiz

El empate del FC Barcelona ante el Cádiz sabe a derrota en el vestuario. Los azulgrana no están satisfechos con el resultado, pero lo que más ha preocupado ha sido la sensación e imagen que ha dejado el equipo en el Nuevo Mirandilla, que a pesar de las diferentes oportunidades que consiguieron concretar, sobre todo en el tramo final del partido, pudieron llevarse una gran sorpresa.

Al Barça le continúan acompañando los fantasmas de años pasados, denfensiva y ofensivamente y Ronald Koeman está muy lejos de encontrar las respuestas y soluciones necesarias. Su figura está en discusión y podría abandonar su cargo en breve, por lo que la tensión, además de los últimos partidos, ha aumentado con la situación contractual del neerlandés. 

Lo cierto es que, tras el partido de anoche, la expedición azulgrana regresó al hotel de concentración y pasaron la noche allí, hasta que la mañana de este viernes abandonaron el hotel y pusieron rumbo al aeropuerto para regresar a Barcelona y 'disfrutar' del día libre que ha otorgado Koeman para la recuperación. No obstante, ha sido muy llamativo la actitud de los futbolistas y todo el cuerpo técnico cuando iban a montarse en los autobuses. La decepción, tristeza y el hundimiento, en general, fueron percibidos en sus miradas y la presión fue más que notoria. 

Fuera del hotel se concentraron decenas de aficionados para apoyar a los jugadores, en este momento tan difícil que vive el Barça, y tal y como relata 'Mundo Deportivo', hubo muy poca interacción. En un primer autobús, salieron los directivos, con Joan Laporta a la cabeza. El presidente no se detuvo antes de montarse, yéndose directo a su asiento. Rafa Yuste y Enric Masip, por su parte, se quedaron charlando fuera antes de partir. En otro estuvieron los jugadores y en un tercero, Ronald Koeman y su cuerpo técnico.

Detalle de Ronald Araújo

A pesar de que ha sido uno de los que más le ha dolido el empate, Ronald Araújo fue quien protagonizó la anéctoda y el gran gesto de la mañana de este viernes. El charrúa, desde el autocar, vio a un pequeño, de no más de seis años, emocionado por ver a todos los futbolistas de cerca y pidiendo un autógrafo. Por ello, Araújo decidió bajarse del autobús y cumplir su sueño. 

Los responsables de la seguridad permitieron al niño saltarse el perímetro establecido y el central uruguayo se acercó a él, lo saludó y firmó su camiseta. El chico se marchó llorando, totalmente emocionado, después de conocer a uno de sus ídolos en el Barça y que, además, consiguiera su autógrafo. Araújo, en medio de la tormenta, dio una alegría importantísima al pequeño.