LA DIMISIÓN DEBE REBAJAR LA TENSIÓN
Los jugadores no tienen excusa: Bartomeu ya no es un obstáculo
Publicación:28/10/2020 - 19:27h
Actualización:29/10/2020 - 13:32h
El anuncio de Josep Maria Bartomeu de la dimisión en bloque de su junta directiva debe servir para minimizar la tensión en el club, alimentada por la guerra interna
Durante los últimos meses, Josep Maria Bartomeu y su junta directiva se han convertido en el epicentro de las críticas ya no solamente por parte del barcelonismo y algunos sectores de la prensa, sino también por parte de los jugadores de la primera plantilla. Las decisiones del club no han gustado a los 'pesos pesados', que no han dudado en lanzar duras críticas públicas hacia la que hasta ayer era su directiva.
En primer lugar, no gustaron las decisiones deportivas que, de paso, salpicaron la economía del club. Leo Messi tuvo que retrasar el pago de parte de su sueldo a petición del FC Barcelona y, poco después, vio como el club pagaba de golpe los 120 millones de euros de la cláusula de rescisión de Antoine Griezmann, además de los 75 por Frenkie de Jong. Algo que no convenció en el entorno del argentino.
Ese mismo verano de 2019, Josep Maria Bartomeu conservó en el puesto a Ernesto Valverde pero lo despidió en enero, después que el equipo cayese eliminado en la Supercopa de España después de hacer un buen partido. Tampoco gustó a la plantilla el adiós del 'Txingurri' y menos después de no acabar de entenderse con Quique Setién y su 'staff', en una tensión que se agravó por las salidas de tono de Éder Sarabia en el Clásico.
La guerra interna con la directiva se agravó con los ridículos a la hora de intentar fichar a Xavi Hernández y con la 'rajada' de Eric Abidal, que provocó que Leo Messi cargase contra el francés en redes sociales. Posteriormente, se destapó el 'Barçagate' y, con la crisis económica derivada del coronavirus, llegó la petición de bajada de sueldos acompañada de filtraciones a la prensa para forzar a los jugadores a aceptar.
Acabar la temporada en blanco y con un sonrojante 2-8 contra el Bayern de Múnich provocó que Josep Maria Bartomeu echase a Quique Setién y, junto a Ronald Koeman, tomase decisiones que no gustaron como las maneras empleadas en el adiós de Luis Suárez o Arturo Vidal. Leo Messi se hartó y pidió su rescisión, pero el club se lo negó. Luego llegaron las 'rajadas' públicas del astro argentino junto a las más recientes de Gerard Piqué.
Sin Bartomeu, ya no hay excusas
La moción de censura acabó impulsando la dimisión de Josep Maria Bartomeu de la mano de toda su junta directiva, por lo que ahora se espera que las tensiones disminuyan de manera muy importante. Eso espera el barcelonismo y eso espera un vestuario que ya no tiene excusas para centrarse exclusivamente en lo que sucede en el terreno de juego. Ahora toca solucionar una temporada que se empieza a complicar.