Si hubo un jugador del Chelsea que amargó la noche del Real Madrid este pasado miércoles fue sin duda N'Golo Kanté. Aunque Mason Mount, Christian Pulisc o Antonio Rüdiger destacaron y fueron muy importantes a lo largo de la eliminatoria, el francés les superó a todos ellos en todos los sentidos. El galo ya fue la gran pesadilla del conjunto madridista en la ida y lo volvió a ser en esta vuelta.
El centrocampista apareció por todos los lugares del campo durante los 94 minutos que duró el duelo y no dejó de presionar, correr, robar, crear juego... En resumen, completó un partidazo que volvió a darle el MVP del encuentro y por descontado de las 'semis' tras su magnifica actuación en el Alfredo Di Stéfano. A sus 30 años, el ex del Leicester ha entrado en plena madurez deportiva y probablemente está en uno de los mejores momentos de su carrera, quizás el mejor.
Es impresionante ver jugar a un futbolista que aparenta tener tres o cuatro pulmones y que puede aparecer por la derecha, por la izquierda, en el centro o en el punto de penalti. Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric acabaron hartos de tenerle siempre en el cogote presionando y sufrieron durante toda la noche contra él. De hecho, el 1-0 de Timo Werner lo inició una gran acción individual de Kanté, que estuvo en todas.
El francés se marchó con facilidad de Casemiro tras un gran control orientado y comenzó la jugada que rompió toda la defensa madridista. Tras irse, jugó con Werner, que anticipó a Sergio Ramos y se la devolvió, y a continuación dejó solo a Kai Havertz, que la mandó al larguero delante de Thibaut Courtois para que su compatriota marcara a placer de cabeza el primero en el rebote.
Kanté estuvo en todas
Pero Kanté no solo estuvo en la jugada del gol, sino que no dejó de intentarlo y de generar peligro durante el resto del partido. En defensa nunca dejó de presionar, haciendo gala de su impresionante físico, pero él es mucho más que un medio que no se cansa nunca. Su poderoso tren inferior, su dinamismo, agilidad y calidad con la pelota hacen que pueda hacer de todo en el mediocampo, tal y como dejó claro contra el Madrid.
Ya en la segunda parte, el galo tuvo un uno contra uno para sentenciar a los blancos, pero Fede Valverde la salvó 'in extremis' cuando Courtois ya estaba casi batido. Pero Kanté se redimió de ese fallo no mucho después al volver a iniciar la jugada que desembocó en el 2-0. El centrocampista robó su enésimo balón y se la dio a Pulisic, que tras encarar al portero blanco le regaló el tanto a Mount. Mientras, Kanté celebro el pase a la final a su manera, sin querer salir demasiado en la foto. Ahora, el 'bleu' ya apunta al City, al que espera convertir en su nueva víctima.