Se esperaba la "vuelta" de Leo Messi tras anotar su gol 500 ante el Real Madrid como agua de mayo en abril. Concretamente en un 26 de abril, tarde-noche elegida para homenajear al astro azulgrana no con una ni con dos, sino con hasta tres actos antes, durante y después de su partido, que volvió a ser de órdago.
Y es que el argentino empezó el partido con 500 goles y lo acabó con 502, tras firmar otro "doblete" mágico que le ha llevado a convertirse en el MVP del FC Barcelona-Osasuna. El diez estuvo de diez, percutó por la mediapunta, tocó, se asoció y acabó anotando dos goles y originando el primero de André Gomes. Es decir, estuvo presente en tres de los cuatro tantos que consiguió el Barça con él sobre el verde.
El primero fue de "pillo" al principio y de mucha clase después. De hecho, un gol 501 fue parecido en parte al primer tanto como blaugrana al Albacete, gracias a que "ejecutó" a Sirigu con una vaselina marca de la casa. Antes había robado el balón en el centro del campo y había lanzado un contragolpe mortal a la defensa "rojilla".
Atronadora ovación del Camp Nou a Leo Messi
El segundo fue más de su estilo. Ese de recibir en la frontal, irse de todos los defensas que se le crucen y cuando menos lo espera el guardameta, sacarle un zurdazo a la escuadra. Así lo pensó y lo consiguió el mejor jugador del mundo. Finalmente, acabó siendo sustituido en el minuto 60 con todo el Camp Nou en pie. Noche mágica de un jugador mágico.