Este jueves tuvo lugar en Uruguay la ceremonia de renovación de los votos matrimoniales de Luis Suárez y Sofía Balbi. La celebración contó con unos 160 invitados, entre los que naturalmente estaban Leo Messi y su familia y también Neymar, gran amigo del uruguayo y del argentino que no se perdió la cita aprovechando las vacaciones.
Para el barcelonismo, uno de los grandes atractivos de dicha celebración era poder ver juntos a los tres futbolistas que lideraron al FC Barcelona en el triplete de Luis Enrique en 2015. Es decir, el reencuentro de la 'MSN', que se rompió en verano de 2017 cuando Neymar decidió irse al Paris Saint-Germain y dejó a Messi y Suárez sin un socio que era ideal a nivel ofensivo.
La ceremonia tuvo lugar en el Hotel Fasano de Punta del Este, en la zona de la Barra, desde donde Neymar publicó una fotografía en su Instagram Stories junto al argentino y al uruguayo. Además, mediante la misma red social, también publicó un vídeo riéndose junto a Sergio Busquets y a Jordi Alba, que también fueron como invitados al evento, dejando muy claro lo bien que se lleva con los futbolistas culés.
Esta no es la primera vez que Neymar se reúne con varios miembros del Barça, con los que no ha perdido el contacto pese a su mudanza al Parque de los Príncipes. Dejando a un lado las disputas judiciales que le enfrentan al club, el de Sao Paulo se ha dejado ver en numerosas ocasiones con jugadores culés, a los que visita en la Ciudad Condal siempre que sus compromisos con su club y su selección se lo permiten.
Neymar y el Barça: todo es posible
El mercado de fichajes está muy pendiente del futuro de Neymar. El brasileño ha asumido que cometió un error dejando el FC Barcelona para liderar el tan ambicioso como de momento fallido proyecto del PSG, y estaría dispuesto a hacer borrón y cuenta nueva si tiene la oportunidad de regresar al Camp Nou.
La relación entre Neymar y el Barça volverá a ser noticia en 2020, en el que los catalanes podrían intentar de nuevo recuperar al atacante. En el verano de 2019 ya hubo contactos con un PSG que no cierra la puerta a un traspaso, pero que reclama un mínimo de 180 millones de euros para dejar marchar al que convirtió en el fichaje más caro de la historia del fútbol. Todas las vías están abiertas en los próximos meses.