Desde que el coronavirus irrumpió en el mundo, era evidente que nada iba a volver a ser igual. El virus continúa ocasionando estragos y el mundo del deporte, incluído el fútbol, no se ha salvado de las consecuencias. Además de los constantes casos positivos de jugadores, entrenadores y miembros de los staff de los clubes, la pandemia ha obligado a las competiciones a comprimir sus calendarios y eso ha derivado en un sinfín de problemas para los equipos.

La sobrecarga de partidos es impresionante y el jugar cada tres o cuatro días ha pasado factura a lo largo de la temporada. Los jugadores están cansados, físicamente, y hay poco margen de recuperación entre los enfrenamientos. El desgaste, evidentemente, les hace más susceptibles a lesionarse y, con un calendario tan apretado, se ven obligados a perderse más partidos que en situaciones normales. 

El FC Barcelona no se ha escapado de esta situación y se ha convertido en uno de los clubes más afectados por la carga de partidos, ya que ha tenido que disputar encuentros de LaLiga, Champions League, Copa del Rey y Supercopa de España, con muy poco tiempo para descansar. Esta situación ha derivado a que la enfermería blaugrana permanezca repleta constantemente, con jugadores lesionados a largo plazo que, en el comienzo de campaña, eran indiscutibles para Ronald Koeman

La situación es alarmante, ya que a lo largo de los últimos meses la mayoría de los futbolistas han tenido que parar para atender sus problemas físicos. De hecho, sólo Clement Lenglet, Frenkie de Jong, Antoine Griezmann, Pedri González, Riqui Puig y Francisco Trincão no han sufrido de lesiones o molestias. De resto, cada uno de los jugadores se ha visto afectado de alguna manera físicamente. 

Las lesiones más preocupantes, en este momento, son las que continúan siendo a largo plazo: Gerard Piqué, que sufrió en noviembre un esguince de grado 3 en el ligamento lateral interno y lesión parcial del ligamento cruzado, y todavía no tiene fecha de regreso, aunque se presume que podría ser en marzo o abril, dependiendo de su evolución. El central catalán se ha convertido en los últimos años en un jugador indiscutible y, en medio de problemas defensivos constantes, el Barça lo extraña en el campo. 

En el caso de Ansu Fati, la historia ha sido de terror. El joven delantero cayó lesionado en noviembre, ante el Real Betis, por una lesión en el menisco. Se esperaba que estuviese realizando trabajo en el campo a finales del mes de enero, pero tuvo que ser intervenido quirúrjicamente de nuevo, hace pocas semanas, porque su evolución se había truncado. Ahora, no hay señales de cuándo podrá estar disponible. 

La lista de la enfermería blaugrana no se detiene, lamentablemente. Además de Piqué y Fati, también están Sergi Roberto, que ha vuelto a recaer de su lesión, y Philippe Coutinho, recuperándose de su lesión del menisco. En definitiva, el Barça está viviendo un verdadero calvario que se intensifica por las pocas variantes que tiene Ronald Koeman y, si hay algo seguro, es que el calendario continuará sin dar descanso.

A pesar de todo, el Barça sale a flote

Los culés, si se quiere, han estado a media máquina durante gran parte de la temporada por las constantes lesiones. Sin embargo, han sabido sobreponerse a esta situación y superarla con éxito. Prueba de ello es que se mantienen 'vivos' en la Copa del Rey y Champions League, además de que continúan peleando por el liderato de LaLiga Santander, ocupado por el Atlético de Madrid. 

Un aspecto a resaltar es que, con tantos partidos, se ha visto una gran mejoría en el estado físico de los jugadores, que han conseguido superar un mes de enero de infarto, con una gran cantidad de partidos en Liga, Copa y Supercopa, que incluyeron varias prórrogas.