Hoy se cumplen dos años desde que el FC Barcelona anunció la salida de Lionel Messi ante las dificultades que tenía el club para inscribir su renovación en LaLiga. Fue el adiós más 'traumático' porque el rosarino ya había accedido a bajarse el sueldo en un 50% y, en definitiva, había puesto muchas facilidades para seguir en la Ciudad Condal. Se marchó al París Saint-Germain, donde disputó dos temporadas, para finalmente acabar en el Inter Miami.
Lo cierto es que un año antes de la salida de Messi, el jugador ya había intentado marcharse y envió un burofax a la directiva culé, en ese entonces presidida por Josep María Bartomeu, para comunicar su intención de poner punto y final a su etapa en el Camp Nou. 'La Pulga' hacía valer la cláusula que tenía su contrato que le permitía tomar la decisión unilateral de abandonar el Barça a final de temporada. Como esa fue la campaña del COVID-19 y se retrasaron las competiciones, entendía que tenía margen, pero desde la entidad azulgrana insistieron en que no y cerraron la carpeta para que se quedara.
Messi pudo jugar en el City de Pep Guardiola
En ese momento, en cualquier caso, el rosariono tuvo opciones reales de marcharse del club porque estaba muy descontento con las decisiones de los directivos y se sentía preparado para asumir un nuevo reto después de 'pasar' toda la vida en la Ciudad Condal. En ese momento, varios clubes se mostraron interés en hacerse con su incorporación, como el Manchester City, Inter de Milán, el París Saint-Germain o el propio Inter Miami... pero habrían sido los de Pep Guardiola los que estuvieron más cerca de completar su traspaso.
Según ha confirmado André Cury, agente de Vitor Roque y de diferentes futbolistas y que también estuvo en el Barça, los ingleses pusieron sobre la mesa una oferta 'rompedora' para hacerse con sus servicios: "Cuando Messi quiso irse del FC Barcelona en 2020, el Manchester City ofreció 200 millones de euros al Barça, pero rechazaron esa oferta porque no querían que se fuera", confesó al diario 'AS' recientemente. Finalmente, se quedó un año más en la Ciudad Condal antes de poner rumbo a París.