El FC Barcelona ha superado el primer envite de la crisis del coronavirus, y ha confirmado la reducción de salarios en el club. El acuerdo es total tras el visto bueno del primer equipo de fútbol, que accedió a una rebaja del 70% que se aplicará durante el tiempo que dure el parón deportivo derivado del confinamiento decretado por el gobierno. Además, los cracks aportarán un extra para apoyar a los trabajadores de la entidad.

Leo Messi volvió a echar mano de las redes sociales para hablar en nombre de la plantilla, y de nuevo fue contundente. El vestuario está irritado porque en los últimos tiempos se le ha colocado en el punto de mira, y cualquier detalle se convierte en un mundo y en una campaña de desestabilización en el Camp Nou. Más que la situación, a la que ya están acostumbrados, a las estrellas les preocupa de dónde vienen las críticas.

Una vez más, el mensaje del capitán ayudó a aclarar el ambiente, pero incluyó un aviso para la directiva. "No deja de sorprendernos que desde dentro del club hubiera quien tratara de ponernos bajo la lupa e intentara sumarnos presión para hacer algo que nosotros siempre tuvimos claro que haríamos. De hecho, si el acuerdo se ha demorado unos días es simplemente porque estábamos buscando una fórmula para ayudar al club y también a sus trabajadores en estos momentos tan difíciles", apuntó el '10', que hace meses que muestra su malestar por las acusaciones.

El distanciamiento entre el equipo y la cúpula azulgrana es tan evidente como público, ya que el grupo ha asumido su parte de culpa por algunas de las decepciones recientes -en el apartado futbolístico-, pero no quiere llevárselas todas. Como el propio Messi señaló no hace mucho, cada uno debe asumir sus responsabilidades, y exponer a los jugadores está causando tensión y no esconde todo lo que se está haciendo mal.

Josep Maria Bartomeu tuvo que apagar un incendio tras el caso Abidal, pero es obvio que las llamas no se han consumido por completo. El presidente subrayó que no se plantea adelantar las elecciones, por lo que la tregua, cada vez más débil, deberá sostenerse hasta 2021. Gerard Piqué ya dejó caer que si los resultados son positivos, habrá menos dudas, pero si no hay alegrías, las nubes regresarán a la Ciudad Condal.

Las elecciones de 2021, ¿la solución a la crisis?

El cambio de ciclo del Barça está amenazado por un crisis que amaga con estallar antes de las elecciones de 2021. Salvo un golpe radical de timón, el conflicto no parece tener arreglo, y sólo quedará enterrado si hay borrón y cuenta nueva. Para que el proyecto de futuro eche raices y dé frutos a corto, medio y largo plazo hay que aparcar la lucha de poderes y centrarse de nuevo en el fútbol, algo que cada día parece más complicado. En estas delicadas circunstancias, los comicios podrían ser la salvación que hace tanto que se busca.