Leo Messi dio un auténtico recital en el partido contra el Real Valladolid. El astro argentino participó en cuatro de los cinco goles del equipo de Ernesto Valverde, marcando dos y regalando dos sasistencias a Arturo Vidal y a Luis Suárez. El '10' vuelve a estar muy en forma y sus problemas físicos de principio de temporada parecen haber desaparecido.
Leo Messi empezó su recital con un golazo de falta desde el perfil derecho del ataque azulgrana. El '10' armó un lanzamiento con mucho efecto que inutilizó la estirada de Jordi Masip. Todavía en el primer tiempo, el astro argentino condujo el balón, levantó la cabeza y le puso un pase alto magistral a Arturo Vidal al interior del área que el chileno remató lanzándose al suelo.
En el segundo tiempo, Leo Messi volvió a aparecer para sentenciar la contienda. En primer lugar, con un control imposible que hizo tras un pase picado de Ivan Rakitic: el argentino la embolsó con el muslo y le pegó sin dejarla caer con la pierna izquierda. Pocos minutos más tarde, dio un pase en profundidad a Luis Suárez que el uruguayo no desperdició.
Además de ser decisivo con goles y asistencias, Leo Messi volvió a deleitar al público del Camp Nou con grandes detalles técnicos. Esta vez llegaron en forma de caño con dos claras víctimas: Sergi Guardiola y Óscar Plano. El del mallorquín pasó más desapercibido, pero el que se llevó el '10' de los pucelanos fue una de las imágenes del partido.
Corría el minuto 36 de juego cuando Messi recibió por parte de Arturo Vidal un balón comprometido en su propio terreno de juego, ya que estaba presionado por varios rivales. El crack culé estaba de espaldas a su propia portería, pero se percató de la presencia de Óscar Plano justo detrás de él.
Messi no dio opción a su marcador a robarle el balón, ya que le superó con un sutil toque que le desarmó por completo. De hecho, la cara de Óscar Plano tras el caño (en la imagen superior) retrata exactamente la impotencia que sienten los rivales de 'la Pulga' cuando les toca sufrir su calidad.