Leo Messi fue un espectador más en la enésima humillación al FC Barcelona en Champions League. El argentino, autor del único gol del Barça contra el Paris Saint-Germain, vivió impotente la goleada de los parisinos en el Camp Nou este pasado martes. Los franceses pasaron por encima de los azulgrana, sobre todo en la segunda parte, y dejaron prácticamente sentenciada la eliminatoria de octavos.
Para pasar a cuartos, los catalanes tendrán que remontar en el Parque de los Príncipes el 1-4 de esta ida, algo que ahora mismo parece misión imposible. Pero más allá del resultado, de la posible eliminación o de las malas sensaciones del choque, lo peor para los barcelonistas es que Messi ha vuelto a comprobar que a su club no le da. El capitán, que ha dejado claro muchas veces que solo quiere ganar títulos, se volvió a dar cuenta que el Barça ya no está en esas.
El '10' lleva años insistiendo en que quiere un proyecto deportivo ganador para pasar toda su carrera en Barcelona. Ahora, a falta de pocos meses para que termine contrato, prometerle eso parece un quimera. Además, hay que recordar que los blaugrana están pasando por una crisis económica profunda, por lo que llegarán pocos fichajes y muy baratos. Hacer un proyecto que ilusione al delantero sin poder gastar dinero será más que complicado.
Este martes, Leo vio a un club con dinero, con una plantilla profunda, con un plan de futuro, con jugadores experiencia y juventud y con un plan de juego sólido. En resumen, el de Rosario vio en el PSG todo lo contrario a lo que es el Barça en estos momentos. Algo que indudablemente le aleja de la renovación y podría incluso acercarle a París, si es que los galos deciden apostar por él, algo que después de este 1-4, también está por ver.
Messi quiere ganar y con 33 años ya no está para esperar
Lo que sí parece evidente es que Messi a sus 33 años no está para especular ni para tener paciencia. Al seis veces Balón de Oro le quedan no más de dos o tres años en la superélite y es muy poco probable que quiera desperdiciarlos en un proyecto en plena transición, que es lo que es este Barcelona. El próximo presidente intentará convencerle de que lo mejor para su futuro es quedarse, pero él mismo ha dejado claro muchas veces que quiere ganarlo todo, y eso en este equipo se antoja muy complicado.
Por todo ello, este ridículo aleja aún más al argentino de la Ciudad Condal. A no ser que haya otra remontada imposible en la vuelta y los catalanes compitan esta Liga de Campeones, es poco probable que le ilusione quedarse con lo que le van a prometer. Además, hay que tener en cuenta que le ofrecerán un salario menor del que ganaría en París o Manchester, algo que lo dificulta todo más. Por lo tanto, por desgracia para el barcelonismo, este 1-4 podría terminar siendo 'el último vals' de Leo en Champions en el Camp Nou.