Leo Messi se ha convertido en un problema para el Barça

Leo Messi es uno de los mejores jugadores de la historia, quizás es el mejor, pero a sus 33 años ya no es ese futbolista total e imparable que fue durante más de una década. El '10' es ahora mortal y como tal su nivel futbolístico ya no es el que era. En Cádiz fue la enésima muestra de que el rosarino ha cambiado y que ya no es ni la mitad de decisivo de lo que fue en sus mejores tiempos.

El argentino sigue siendo buenísimo y aún puede desequilibrar un partido casi solo, pero ¿a qué coste? El delantero siempre ha condicionado el juego del FC Barcelona, pero nunca lo había hecho como lo hace ahora. Normalmente, nadie discutía que Leo bajara a recibir al centro del campo, o que anduviera, que fallara una ocasión o que perdiera una pelota, pero ahora todo eso influye directamente en el juego del equipo.

Da la sensación de que los de Ronald Koeman son peores cuando el de Rosario está sobre el campo. La dependencia de Messi cuando él juega es casi total y eso afecta muy negativamente al juego coral de todo el equipo. Antoine Griezmann​, Philippe Coutinho, Ousmane Dembélé... todos sus compañeros cambian, se relajan y le dejan hacer en lugar de querer ser protagonistas, como por ejemplo lo fueron los franceses contra el Ferencvaros.

Además, la ocupación de espacios con Leo en el campo es terrible, ya que el albiceleste se pone de mediocentro cuando le apetece. Eso hace que el embudo en el centro del campo sea mayor, que Griezmann se quede sin espacios o que Frenkie de Jong tenga que desplazarse y pierda importancia. En resumen, el equipo no se coloca como debería ni en ataque ni en defensa, algo que termina siendo muy perjudicial.

Messi, el jugador que más balones perdió en Cádiz

Pero lo peor con este Messi es que el '10' ya no es decisivo. Contra el Cádiz perdió 29 veces la pelota, el encuentro que más en toda la campaña. El delantero ya no tiene la velocidad de antes, le cuesta más girar sin espacios y cada vez es más impreciso por culpa de todo esto. Este dato, evidentemente, afecta a todo el equipo, que espera que él decida los partidos como antaño, algo que este curso no ha sucedido casi nunca.

El 'capi' lleva 7 goles este año, pero 5 de ellos han sido de penalti y los otros dos fueron en choques que ya estaban decididos (el 4-0 a Osasuna y el 4-2 al Betis). Son números que dicen mucho y que dejan en evidencia la trascendencia de Leo en este equipo. El seis veces Balón de Oro lo condiciona absolutamente todo y, sus efectos, al menos hasta el momento, no están siendo positivos para el funcionamiento global del Barça. Ronald Koeman tiene mucho trabajo por delante para lograr ensamblar a este Messi con su Barça.