El FC Barcelona se llevó una notable decepción en la Supercopa de España, de la que fue eliminado de forma inesperada. Los catalanes cuajaron un gran partido y consiguieron remontar la ventaja del Atlético, pero se dejaron llevar y lo acabaron pagando en diez minutos fatídicos que metieron en la final a los madrileños. No es la primera vez que sucede un episodio como este, y en la Ciudad Condal deben tomar medidas.
El terremoto que provocó el tropiezo en el torneo ha hecho que los culés piensen en su nuevo proyecto, que volverá a liderar Leo Messi. A sus 32 años, el de Rosario ha advertido que cada vez ve más cerca la retirada, pero también ha tranquilizado a los aficionados señalando que su hambre de títulos se mantiene intacta. Eso sí, quiere, y necesita, que todos sus compañeros estén a la altura de su motivación.
El capitán se puso serio tras el encuentro e instó a la tropa a mejorar, recalcando que hay que evitar los "errores infantiles". Pese a que no quiso hacer sangre y no mencionó ningún caso concreto, todos sabían a lo que se refería, porque las desconexiones empiezan a ser peligrosamente frecuentes desde hace unos años. Unas veces se llaman Olímpico de Roma, otras Anfield y otras King Abdullah Sports City.
Tomando ejemplo de otras leyendas que portaron el brazalete, el argentino ha dado un paso adelante, tanto en carácter como en rendimiento. Al canterano le marcaron los Puyol, Xavi o Iniesta, y quiso corresponder a sus enseñanzas. A pesar de su aparente tranquilidad, tiene ascendencia en la plantilla, y sus cifras, en la campaña en la que fue The Best y Balón de Oro y en la actual, le mantienen como el mejor del mundo.
Pero si quiere seguir conquistando títulos, el '10' necesita un equipo que le respalde, y es este punto en el que toca mejorar. La selección ha dejado claro que sólo uno no gana a once, y eso se repitió en la visita a Yeda. De nada sirvió que Leo hiciera lo imposible por disputar otro Clásico en la Supercopa, porque fueron los fallos de otros los que dejaron al colectivo por los suelos. De ahora en adelante toca hablar menos y aplicarse más.
El Barça debe contener la crecida del Madrid
Tanto a corto plazo como mirando al futuro, al Barça le toca despertar y contener la crecida del Real Madrid, que ha pasado de ser un conjunto a la deriva a viajar empujado por el hambre, la esperanza y la euforia desde el regreso de Zinedine Zidane. Los blancos se plantaron en Arabia Saudí como invitados y regresaron como supercampeones, y la obligación de los azulgrana es reunir fuerzas antes de que sea tarde y acelerar en LaLiga, la Champions y la Copa del Rey. El pulso está servido de nuevo, y ya no se vale fallar.