A pesar de la inventiba que tienen directores de cine, novelistas y demás artistas que se dedican a crear vidas perfectas en idílicas historias de amor, a veces la propia realidad supera a todas estas. El caso de Lionel Andrés Messi y Antonela Roccuzzo es uno de estos caso.
Cuando la pareja está a punto de casarse este viernes 30 de junio ante todos sus seres queridos, familias y amigos, no hay nada mejor que recordar cómo han llegado hasta aquí. Y para hacerlo hay que retroceder en el tiempo muchos años, veintiuno para ser más exactos.
Así nos encontramos con un Messi de nueves años que gracias a un compañero de su equipo de la infancia conoce a una joven rosarina de la que ya se queda prendado. Con ocho años de edad, Antonela Roccuzzo conecta con Lío y hace que éste se apure para acabar rápido sus entrenos y así poder pasar más rato junto a ella.
Los dos van creciendo y a Lionel le sale la oportunidad de su vida: viajar a Barcelona para fichar por el Barça. Muchas son las cosas que tiene que dejar atrás el pequeño, familia, amigos, su tierra... Y a esa "chiquilla" que le había robado el corazón. Desde la distancia la relación entre ambos se enfría y cae en el olvido.
La boda de Leo Messi y Antonela Roccuzzo, diez años después
Hasta que en 2005 una tragedia los vuelve a unir. Con Leo paseando por un barrio de Rosario, Antonela se lo encuentra y le explica que su mejor amiga ha fallecido a la salida de una discoteca. Eso rompió a la joven Roccuzzo que encontró en Messi al mejor consuelo posible. La chispa, que nunca se apagó, volvía a arder con más fuerza que nunca.
Tanta que Antonela rompió con su novio para, poco después, acabar entregada a Leo, que la esperó e hizo oficial su relación en 2009 ante los medios del club. Esa es la versión oficial, pues muchos sostienen que ya llevaban dos año de noviazgo. Tras esa consolidación, la aparición pública de Roccuzzo durante el Mundial de Sudáfrica 2010 y el nacimiento de sus hijos Thiago (cuatro años) y Mateo (un año) nos plantamos en Rosario, en el Casino City Center de Rosario donde diez años después, un 30 de junio de 2017, aquellos dos jovenzuelos se convertirán en marido y mujer. Una historia de amor a la altura del mejor jugador de fútbol de todos los tiempos.