Leo Messi no está pasando por su mejor momento y este verano ha intentado marcharse del FC Barcelona. El argentino se hartó del proyecto del conjunto barcelonista, que lleva cinco años consecutivos fracasando en Champions League, y decidió que lo mejor para su carrera era salir y empezar una nueva aventura. El problema es que la cláusula que le liberaba de su último año de contrato finalizó en junio y por eso renovó automáticamente hasta el curso que viene.

Leo comunicó que quería irse en agosto, por lo que legalmente ya no podía irse gratis. Esta fue la solución perfecta para Josep Maria Bartomeu, que se negó a dejarle marchar y obligó al argentino a quedarse. El '10' ha permanecido en la Ciudad Condal contra su voluntad, tal y como él mismo explicó, pero ahora mismo lo único importante es olvidarse de eso y centrarse en el fútbol y en la campaña que está por llegar.

El rosarino ya demostró con su doblete ante el Girona que puede seguir liderando al Barça haya pasado lo que haya pasado. Su compromiso está fuera de duda y la afición parece que vuelve a estar ilusionada con él y con el nuevo Barcelona de Koeman. Este momento y los dos tantos de Leo han llegado en el momento preciso, ya que este 17 de septiembre, solo un día después del encuentro ante los gerundenses, ha sido una fecha muy señalada para el capitán.

Justo un 17 de septiembre de 2000, Messi aterrizaba en Barcelona junto a su padre, Jorge, para pasar una prueba que le podía hacer fichar por el equipo blaugrana. Hace ya 20 años de ese día que empezó a cambiar la vida de un jovencísimo Leo, que por ese entonces tan solo tenía 13 años y tres meses. El atacante llegó a la Ciutat Esportiva y no tardó casi nada en enamorar a los técnicos barcelonistas, que quedaron prendados de él.

Messi firmó en el 2000 y debutó en el Barça en 2004

Carles Rexach, director técnico en ese momento, pasaba por allí y no dudó en conseguir que el argentino firmara su compromiso con el Barça en la ya famosa servilleta. Más tarde, después de resolver varios problemas burocráticos, el ahora '10' firmó por fin su contrato oficial con el conjunto catalán. Comenzó uniéndose al Infantil B y después de exhibirse en la Masia, despertó el interés del primer equipo, con Frank Rijkaard a la cabeza.

El holandés le hizo debutar con el Barça en un amistoso contra el Oporto en 2003, y le llamó para estrenarse de manera oficial en el 2005 contra el RCD Espanyol en Liga. El impresionante talento de Messi le hizo asentarse rápidamente con los mayores y poco a poco fue ganando importancia hasta convertirse en el mejor jugador de la historia del club y del fútbol mundial. Lo ha ganado todo, ha batido todos los récords y ahora, a pesar de que su deseo ha sido marcharse, tiene la oportunidad de seguir agrandando su leyenda en el Barcelona al menos un año más.

Messi marcó su primer gol en 2005