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Leo Messi, durante el partido contra el Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez

MÁS ACTIVO EN EL PRIMER TIEMPO

Messi, capaz de todo: Disparar al palo, sufrir un fuerte codazo, desaparecer...

Publicación:18/10/2020 - 00:28h

Actualización:18/10/2020 - 20:12h

Junto con Pedri González, Leo Messi fue uno de los jugadores más dinámicos del FC Barcelona durante el primer tiempo contra el Getafe. En la segunda mitad, se esfumó

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Si algunos pensaban que Leo Messi llegaría cansado justo después de los partidos disputados con la selección de Argentina en los últimos días, contando además los viajes transoceánicos que ha tenido que realizar para jugar dichas citas, lo cierto es que al argentino se le vio bastante fresco este sábado contra el Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez, aunque únicamente durante la primera mitad.

El rosarino bajó como de costumbre a recibir el balón a la zona de creación, se movió con libertad y velocidad por todas las partes de la zona de tres cuartos de cancha y generó peligro con sus incursiones al área y pases al espacio, abriendo el balón para Dembélé y Dest en una banda izquierda donde no pudo coincidir con uno de sus mejores socios, Jordi Alba.

Durante el primer tiempo llegó a protagonizar la jugada más peligrosa del Barça en todo el partido, un disparo con rosca y muy potente que se estrelló en el palo y salió repelido. Pocos minutos antes, el '10' había deleitado al barcelonismo con un control exquisito, domando un balón que venía muy difícil de las botas de un jugador contrario, pero que el argentino logró interceptar para montar un peligroso contragolpe.

Tanto ese detalle técnico como su disparo al palo, sin embargo, fue una clase de espejismo que nunca más volvimos a ver en la segunda parte. Porque el Getafe supo anular muy bien a un Messi que, ya más cansado, desapareció del mapa y no fue capaz de generar desequilibrios, participando mucho menos de lo habitual en el juego azulgrana.

Messi, sin oxígeno ni espacio en la segunda parte

Siempre rodeado por uno o más jugadores contrarios, Messi apenas pudo girarse, regatear o buscar al hombre libre cuando recibió el balón entre líneas, y se dejó absorber por una intensidad que el Getafe supo imprimir de principio a fin, no como el Barça.

'La Pulga' provocó alguna que otra tarjeta amarilla para jugadores rivales -aunque el árbitro se ahorró la de Nyom por un fuerte codazo sobre el '10'-, y en la primera mitad sí logró llevar peligro hacia la portería de David Soria. En el segundo tiempo no se le pudo ver, sin embargo, de la misma forma que a otros jugadores como a un Antoine Griezmann que volvió a ser sustituido. Messi, en cambio, aguantó todo el partido sobre el césped... ¿Se lo merecía?

Messi necesita recuperar su mejor nivel