Este verano ha sido muy movido para Leo Messi, especialmente por el terremoto que se formó después del burofax que mandó al club para expresar su deseo de marcharse. El argentino llevaba todo el año dejando caer que quería marcharse, pero finalmente la directiva encabezada por Josep Maria Bartomeu le negó su marcha remitiéndose a su contrato, que especificaba que su rescisión debió ser antes del 10 de junio.
Desde entonces, Leo Messi asumió que deía quedarse (al menos) un año más en el club de su vida y desde algunos sectores se dudó de su compromiso, algo que fue un error. Es cierto, el argentino intentó marcharse, pero ahora que sabe que esa salida no va a ser posible, parece dispuesto a volver con más ganas que nunca para conquistar títulos después de posiblemente el año más duro y decepscionante de su carrera.
Messi, durante un entrenamiento con el Barça
Ronald Koeman le transmitió desde el primer momento que quería que fuese el líder de su proyecto y ahora a Leo Messi no le queda más alternativa que seguir esa directriz. De lo que no puede dudarse es de que lo seguirá dando todo por la camiseta del FC Barcelona mientras la vista y posiblemente los títulos vuelvan a depender de su calidad y su inspiración.
Prueba de todo ello fue el recital que Leo Messi volvió a ofrecer, esta vez contra el Girona, marcando dos goles y participando activamente en el otro. En el primer tanto, se inventó un pase formidable que dejó solo a Francisco Trincao para que el luso habilitase a Philippe Coutinho; en el segundo, se inventó un cañonazo desde fuera con la pierna derecha, en teoría la menos buena; finalmente, marcó su segundo tanto con fortuna, ya que su tiro desde la frontal se estrelló en un defensa.
Además de que Leo Messi volverá a ser el líder del FC Barcelona esta temporada, quedó clara también la posición que ocupará dentro del 4-2-3-1 de Ronald Koeman: la de mediapunta por el centro con libertad de movimientos. Contra el Nàstic partió desde la derecha y acabó en el centro, pero contra el Girona jugó todo el partido por el eje del ataque y, con libertad de movimientos, se sintió como pez en el agua.
Como mediapunta tiene conexión con todo el equipo
Ronald Koeman pretende abrir el campo con extremos abiertos como Francisco Trincao, Ansu Fato o Ousmane Dembélé, algo que todavía hace más peligroso a Leo Messi jugando como mediapunta. Con plena libertad de movimientos, el argentino participa en la elaboración del juegpo y atrae a jugadores rivales para dejar solos a sus compañeros. Una gran alternativa teniendo en cuenta que puede rodearse de jugadores de gran talento.