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Los jugadores del Barça en una sesión de entrenamiento | FCB

VALVERDE, MÁS EXIGIDO EN TAREAS DE GESTIÓN

Los deberes del Barça: Toca cuidar mejor a la columna vertebral del equipo

Publicación:2/06/2019 - 23:02h

Actualización:2/06/2019 - 23:02h

El FC Barcelona ha cuajado una temporada 2018-19 de notable, y el excelente se le escapó al final. Entre los deberes pendientes para mejorar se ha situado la gestión de la plantilla, en la que toca cuidar a los referentes para mantener una columna vertebral fresca y competitiva

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El FC Barcelona acabó la temporada 2018-19 con disgusto, porque se le escapó un triplete que tenía casi a tiro. Tras arrancar su andadura con victoria en la Supercopa de España, levantó LaLiga y se quedó en las últimas rondas de Champions y Copa de Rey, donde se desconectó en el peor momento y acabó empañando un año de gran trabajo y buenas sensaciones.

Entre las conclusiones que ha dejado la campaña es que hay que exigirse aún más en la gestión de la plantilla, pese a que los refuerzos fueran ilusionantes y Ernesto Valverde evolucionara su plan de rotaciones en relación a su estreno en la Ciudad Condal. El entrenador quedó señalado y no hay que esconder que necesita mejorar, pero este es un asunto que requiere implicación a todos los niveles.

La columna vertebral del conjunto azulgrana ha sufrido un desgaste muy elevado, y notablemente mayor en comparación con otros triunfadores del continente europeo. Aunque es evidente que los técnicos suelen optar por sus hombres de confianza, hay que tener en cuenta que los culés cuentan con demasiadas piezas veteranas, algo que a largo plazo y añadiendo la habitual acumulación de partidos, puede pasar factura.

Siete cracks barcelonistas han disputado más de 4.000 minutos, y casi todos ellos superan la treintenta. El único que se libra es Marc-André ter Stegen a sus 27 años (4.410 minutos), pero como es portero, no se le mide con el mismo rasero. Gerard Piqué (4.680), Jordi Alba (4.510), Sergio Busquets (4.333), Ivan Rakitic (4.237), Luis Suárez (4.132) y Leo Messi (4.023) han mostrado síntomas de agotamiento en algunas fases del curso, a los que ha sido demasiado difícil poner remedio.

La clase media revela que en la rotación habitual han entrado un total de 14 jugadores, algo demasiado escaso cuando año tras año toca luchar por los títulos. Además de Clément Lenglet (3.654), Philippe Coutinho (3.345), Sergi Roberto (3.215), Nélson Semedo (2.886), Arturo Vidal (2.744), Ousmane Dembélé (2.503) y Arthur (2.478), y contando que también toca 'batallar' contra lesiones y añadir a las selecciones, hace falta repartir esfuerzos y responsabilidades para mantener el altísimo nivel. Con tantos desafíos, toca revisar el sistema.

El Liverpool campeón de Champions, por ejemplo, sólo tiene cinco estrellas por encima de los 4.000 minutos, y ninguna supera los 27 años. Están el guardameta Alisson Becker (4.590) y también Virgil van Dijk (4.465), Mohamed Salah (4.342), Sadio Mané (4.309) y Andrew Robertson (4.227), y el egipcio, que es el mayor con 27 años y se codea con los futbolistas del Barça en cuanto a número de partidos, también ha podido añadir algo más de refresco a sus piernas que ellos.

La tendencia la confirma el Manchester City, con pleno de trofeos en Inglaterra y otros cinco por encima de los 4.000 y por debajo de los treinta. En este caso, son el cancerbero Ederson (4.980), Aymeric Laporte (4.352), Kyle Walker (4.301), Raheem Sterling (4.097) y Bernardo Silva (4.025), y sólo el lateral derecho inglés tiene 29 años, e igualmente, descuenta algunos minutos pese a estar en condiciones similares en cuanto a encuentros disputados.

La compenetración con los fichajes es clave para el Barça

Para poder repartir este insalvable desgaste es necesario acertar con los fichajes, y que todos ellos sean consensuados. Pocos dudan de que Lenglet, Arthur y Arturo Vidal han sido aciertos, pero han chirriado temas como la dejadez de Valverde con Malcom, las cesiones de Jeison Murillo y Kevin-Prince Boateng o el hecho de que Jordi Alba y Luis Suárez, tras las advertencias recientes, no tuvieran relevos claros pese a que son fijos para cualquier entrenador. De cara al futuro, y con la renovación generacional que se está haciendo en el vestuario, estas cuestiones también deben ser repasadas hasta eliminar cualquier atisbo de duda. Para mantener la competitividad es necesario exigirse al límite.