A pesar de que ha sido un inconveniente no poder contar con los mundialistas durante la pretemporada, la gira americana ha supuesto nuevas oportunidades en el FC Barcelona, en particular para los miembros del filial. Muchos de ellos han empezado a lucirse frente a la atenta mirada de Ernesto Valverde, y algunos han causado sensación por su rendimiento sobre el césped.
Uno de estos casos es el de Riqui Puig, que con 18 años ha sido una de las sorpresas más positivas de la preparación en Estados Unidos. Con un físico que pasa desapercibido, el catalán ha logrado dejar huella por sus cualidades como creador, con una gran visión de juego, capacidad asistente e inteligencia a la hora de leer el juego.
En su último encuentro en la International Champions Cup, el de Matadepera dejó maravilladas a dos leyendas del Milan, Genaro Gattuso y Daniele Massaro, que se rindieron a los pies de "ese jovencito que parece un niño y que podría ser el nuevo Andrés Iniesta". Los italianos alucinaron con el canterano, y resucitaron un episodio ocurrido hace años que sería un gran augurio para una carrera que acaba de empezar.
Tras el Trofeo Joan Gamper de 2005, Fabio Capello, por aquel entonces entrenador de la Juventus, se enamoró de Leo Messi: "Nunca había visto a un jugador con tanta calidad a esta edad y una personalidad con una camiseta tan importante". El veterano preparador de la 'vecchia signora' reclamó la cesión del argentino, que había realizado la primera de muchas exhibiciones sobre el césped. Era demasiado tarde, porque el club aceleró con su apuesta por el de Rosario y su historia empezó a escribirse en letras doradas.
Riqui Puig, centrado en el filial y preparado para el primer equipo
Para Riqui Puig, a pesar de las grandes expectativas, cualquier elogio es pasajero, y con todo lo que tiene por aportar, a su manera y con su propio carácter, prefiere ir paso a paso. Tras el duelo en Santa Clara, el futbolista se refirió a los comentarios que ha ido escuchando a lo largo de la gira, y demostró que su madurez empieza por la cabeza, con una mentalidad ambiciosa pero muy consciente de su camino.
"Si me vuelve a llamar o no, yo tengo que estar preparado. Mi equipo es el B y lo haré lo mejor posible para intentar subir al equipo a Segunda", explicó, además que señalar que "con 18 años que tengo, es algo que todavía me queda muy lejos, pero igualar a Iniesta es imposible". Ernesto Valverde también es partidario de frenar la euforia, pero lo que está claro es que a este joven centrocampista no hay que perderle de vista.