En verano de 2017, Ousmane Dembélé llegó al FC Barcelona procedente del Borussia Dortmund -previo pago de 105 millones de euros fijos más otros 40 en variables- como relevo de Neymar, que había decidido aceptar la multimillonaria oferta del Paris Saint-Germain después de que el campeón francés pagase su cláusula de rescisión, cifrada en otros 222 'kilos'.
Mucho se está hablando durante los últimos meses del posible regreso del delantero brasileño del Camp Nou con la consecuente marcha de Dembélé. El galo sería vendido al mejor postor o, tal vez, incluido como moneda de cambio en el trato por otro futbolista, que bien pueden ser el propio Neymar o incluso Lautaro Martínez, considerado el otro objetivo prioritario de la dirección deportiva de cara al próximo mercado de traspasos.
Durante sus dos temporadas y media en el FC Barcelona, Dembélé ha dejado pinceladas de auténtico crack, demostrando que es un extremo con unas virtudes que tienen muy pocos jugadores -o tal vez ninguno- en el planeta. Un jugador rápido, con desborde, regate y capacidad para disparar con las dos piernas. No es casualidad que Leo Messi intente asociarse con él siempre que coinciden en el terreno de juego.
El gran 'pero' de Dembélé es que este 'siempre' se convierte en un 'casi nunca' por culpa de las malditas lesiones que sufre 'el mosquito' desde que llegó al Camp Nou. Los constantes problemas físicos han azotado al jugador durante los últimos años y el pasado mes de febrero pasó por el quirófano nuevamente para arreglar el tendón proximal que le atormenta y que le tendrá en el dique seco hasta agosto.
Sus constantes problemas físicos han agotado la paciencia del barcelonismo, lo que ha hecho ganar fuerza a la posibilidad de venderle este 2020. Pero desde dentro del club deben hacerse la pregunta clave en este aspecto: ¿es el momento adecuado para vender a Dembélé? Tal vez sus lesiones hayan desquiciado por completo a club, técnicos y afición, pero es ahora el momento para hacer un ejercicio de gestión eficaz con el francés.
¿Por qué no vender a Dembélé?
Porque es un jugador fantástico. Porque en el mundo no hay un extremo con su desequilibrio. Porque tiene 22 años y mucho margen de mejora. Porque desde el vestuario dejaron claro que su actitud es más profesional que nunca. Porque su última lesión y la crisis del coronavirus han le han devaluado hasta el punto de ponerle en un valor de mercado irreal. Porque hay que tener confianza en que esta última operación le haya arreglado el músculo. Porque no es casualidad que le quieran en Premier League, Ligue 1 y Serie A. Y, en caso de que estos 'porqués' no hayan acabado de convencer, porque se podrá sacar mucho más dinero por él si se espera a que los clubes se hayan recuperado económicamente y puedan ofrecer más dinero.