Marcos Alonso volvió a quedarse corto en su enésima oportunidad para reivindicarse

Si ya este mismo martes explicábamos en FCBN que la continuidad de Marcos Alonso en el FC Barcelona parece complicada pensando en la próxima temporada, tras el duelo de Champions ante el Shakhtar Donetsk la situación se muestra aún más dramática. El defensor ha recibido una nueva titularidad, su segunda consecutiva en Europa, y nuevamente ha quedado a deber.

El Shakhtar-Barça ha dejado bastante claro por qué Alonso es el futbolista (no portero) azulgrana con menos minutos oficiales. Si el club decidiera forzar su salida al mercado de invierno, Xavi no le echaría mucho de menos y ganaría algo de límite salarial para afrontar otras operaciones, solucionando incluso dos problemas con una misma medida.

La salida de Marcos Alonso en 2024, casi garantizada

En principio tendría a Joao Cancelo como eventual relevo de Balde en el lado izquierdo, lo que mantendría el equilibrio del vestuario porque el portugués no es demasiado buen suplente. Y, en segundo lugar, al tener dos centrales competentes adaptables al lateral (Koundé y Araújo), podría abrirlos más a menudo en la banda y, de este modo, recuperar parte de la solidez perdida, dando continuidad también a Iñigo Martínez y Christensen en el centro de la defensa.

Marcos no ha conseguido, ni por asomo, incorporarse al ataque con la profundidad que suele aportar Balde. Es también muy cierto que tampoco Ferran ha generado desequilibrio en el último tercio, por lo que las jugadas por banda izquierda no han inquietado a la zaga ucraniana, pero el problema para el madrileño es que esta no es su primera oportunidad desaprovechada.

Xavi tendrá que rotar a Balde menos aún de lo que ya lo ha hecho

Como decíamos al principio, en la tercera jornada y también ante el Shakhtar, Alonso tuvo que ser reemplazado por el canterano de 20 años, al demostrar que su primera temporada fue un gran acierto en gran medida por su labor como central de emergencia. En la banda no parece entregar lo que necesita el juego del Barça y ni su buena pegada le permite ser determinante con algún centro a Robert Lewandowski, que vaya que los necesita muchas veces.