El FC Barcelona se prepara para un verano de lo más exigente, en el que habrá reformas importantes en su plantilla. En el Camp Nou hay varios objetivos que se han acentuado con la crisis del coronavirus, que más allá del rejuvenecimiento del vestuario, incide de lleno en cuestiones como la rebaja ya planificada de la masa salarial o la renovada necesidad de utilizar los intercambios como recurso para reclutar estrellas.
Uno de los nombres más pronunciados de las últimas semanas es el de Arthur, que sigue negándose a ir a la Juventus. El de Goiania ya declinó una oferta del Inter de Milán e hizo lo mismo con los piamonteses, que insisten en meterle en un trueque por Miralem Pjanic. El joven ha defendido que tiene contrato hasta 2024 y ha repetido por activa y por pasiva, tanto a azulgranas como a 'bianconeri', que no desea mudarse.
El análisis deja para el brasileño una conclusión positiva, y es que todavía conserva grandes apoyos en el club. No hay que obviar que en cuanto llegó, Leo Messi confesó que le había impresionado por su estilo, y Xavi Hernández reconoció sus propias características en su figura. Sus cualidades le convierten en una pieza ideal para la medular barcelonista, pero hay que tener en cuenta también que ya ha recibido varios avisos.
Pese a que el ex del Gremio de Porto Alegre es un fijo para los aficionados, sorprende que ningún alto cargo haya alzado la voz para cerrarle la puerta de salida, lo que indica, de paso, que le toca dar un paso al frente. Sus primeras temporadas se han dividido entre ilusiones, unas incómodas lesiones y la sensación de que debe crecer en físico y regularidad para ser ese arma que los culés necesitan en la sala de máquinas.
El mensaje que las dudas del Barça le están mandando es que la lucha por los títulos no espera a nadie, y que debe ser él quien decida si está listo para subir al tren. Philippe Coutinho, André Gomes o Yerry Mina son, cada uno a su manera, ejemplos de que la Ciudad Condal no puede dar carta blanca a todos sus futbolistas, porque este vestuario está reservado para sólo unos pocos, los mejores en todo el mundo. La incertidumbre que en estos momentos le rodea, Arthur debe cambiarla por certeza, y eso solo podrá conseguirlo con rendimiento sobre el césped.
El intercambio Arthur-Pjanic no tiene sentido
Dejando a un lado la posible inclusión de Mattia De Sciglio, el intercambio puro y duro entre Arthur y Pjanic no tiene sentido para el Barça. Incluso contando con que el bosnio sea un objetivo necesario, renunciar a un joven de 23 años con una excelente valoración, potencial y talento que podría ser incluso por una millonada -si sigue sin funcionar- a cambio de una estrella consagrada, pero de 30 años y con un sueldo bastante mayor no tendría lógica, y más pensando en la voluntad de rejuvenecer la plantilla y rebajar la masa salarial. Eso, por no hablar de las recomendaciones negativas de un lateral de corte italiano que muchos creen que no tendría sitio en el Camp Nou. Los avisos también van para el club.