Leo Messi y Luis Suárez demostraron contra el Inter de Milán, como ya han hecho en tantos otros partidos, que siguen siendo intocables en las alineaciones titulares del FC Barcelona. Argentino y uruguayo mantienen unos registros excepcionales desde que empezaron a coincidir en octubre de 2014, en un Real Madrid-Barça disputado en el Santiago Bernabéu.
Desde entonces, ya han celebrado juntos 421 goles, repartido 71 asistencias y ganado 13 títulos sobre el terreno de juego, además de los premios individuales que han ido cosechando en su palmarés. Leo Messi ha repartido 31 asistencias a Luis Suárez, mientras que el charrúa ha regalado 40 pases de gol a su amigo argentino, sin contar aquellos que ha hecho dejando pasar el balón entre las piernas o abriendo espacios con sus desmarques.
Leo Messi empezó a aparecer en las alineaciones del Barça en la temporada 2004-05 y, antes de jugar al lado de Luis Suárez ya había disputado 437 partidos y marcado 363 goles. El goleador uruguayo fichó después del Mundial de Brasil 2014, pero no pudo debutar hasta finales de octubre por arrastrar una sanción de 4 meses de la FIFA. A partir de entonces, el ‘9’ ha acumulado 254 partidos y 181 dianas con la camiseta azulgrana.
La sociedad directa entre ellos, como hemos revelado con las asistencias que se han dado el uno al otro, comprende ya 71 goles. Durante las seis campañas que llevan jugando juntos, la química entre Messi y Suárez ha quedado patente. El curso más productivo entre ambos a nivel de asistencias fue el segundo, 2015-16, con 18 pases de gol: 10 de Messi a Suárez y 8 de Suárez a Messi. En 2017-18 se dieron 17 asistencias entre ellos: 7 de Messi a Suárez y 10 al revés.
La última temporada esos números fueron algo a la baja debido a lesiones de uno y otro, que les han impedido coincidir tanto sobre el césped. Cuando lo hacen, sin embargo, siempre rinden y seguirán siendo titulares en el once de Ernesto Valverde esta campaña, por delante de Griezmann, Dembélé, Ansu Fati, Carles Pérez y cualquier otro delantero.
Messi y Suárez, la química al poder
La química que muestran sobre el terreno de juego también existe fuera de él. Son amigos, vecinos y sus lazos se han reforzado de tal manera que sus familiares suelen viajar juntas de vacaciones. Suárez y Messi conocen perfectamente sus respectivos movimientos sobre el césped, y de ahí que a veces no necesiten ni mirarse para saber cuál es su posicionamiento. Eso es precisamente lo que aún no se ha dado con Griezmann, Dembélé y el resto. Un grado de afinidad como este, a nivel deportivo, no se compra con millones de euros.